Bolaños, dos generaciones y tres Mundiales
San Petersburgo (Rusia), 19 jun .- Christian Bolaños salió en el minuto 60 del Costa Rica-Serbia dispuesto a agitar a la 'Sele' tras el gol Aleksandar Kolarov y corrió a buscar las cosquillas por la izquierda a los balcánicos, dejando a un lado que estaba haciendo historia disputando su tercer Mundial, más que nadie en Costa Rica.
La carrera de Christian Bolaños (San José, Costa Rica, 1984) en la 'Sele' es fecunda y va para las dos décadas, ya que con 14 comenzó a formar parte de las categorías inferiores de los 'ticos', en una trayectoria que ha unido dos generaciones.
Y es que cuando se inauguró el Mundial de Alemania 2006 en el Allianz Arena de Múnich, en un partido trepidante entre germanos y 'ticos' con final 4-2 (goles de Phillip Lahm, dos de Miroslav Klose y uno de Torsten Frings, frente a dos de Paulo Wanchope), Bolaños ya estaba ahí.
Ayer como hoy, Bolaños como revulsivo: ingresó en aquel partido inaugural del Mundial 2006 en el minuto 78, en el lugar de Mauricio Solís, cuando los de Alexandre Guimaraes veían el 3-2 en el marcador y querían buscarle las cosquillas a la anfitriona.
No participó en la derrota por 3-0 ante Ecuador, donde se escaparon las opciones de clasificación de los 'ticos', pero sí como titular en el último partido del grupo contra Polonia, que contestó al tanto inicial de Ronald Gómez con dos tantos de Bartosz Bosacki.
Pasaron doce años hasta que Christian Bolaños volvió a verse en la gran fiesta del fútbol. Fue en Brasil, con una generación totalmente distinta -solo pervivían él y el defensor Michael Umaña- y en el llamado 'grupo de la muerte', el D, que acumulaba a tres campeonas del mundo, Italia, Inglaterra y Uruguay. Y a Costa Rica, como teórico convidado de piedra.
Y los 'ticos', dirigidos entonces por el colombiano Jorge Luis Pinto, dieron la campanada. Con un 1-3 despacharon a Uruguay, con Bolaños de titular en la banda y haciendo sociedad con Bryan Ruiz y Celso Borges. También lo fue en la victoria contra Italia (0-1) y actuó saliendo del banquillo en el empate contra Inglaterra (0-0).
En el agónico empate de cuartos de final contra Grecia con clasificación por penaltis (1-1) nuestro hombre fue de la partida hasta que dejó paso a Randall Brenes en los instantes finales; y en los cuartos en los que las penas máximas decidieron la derrota ante Holanda (0-0) anotó el suyo, pero no fue suficiente.
Con semejante bagaje, Óscar Ramírez llamó a Bolaños en 2015 para acometer la clasificación a Rusia. Sus goles fueron clave para ganar a Panamá (3-1, dos tantos de Bolaños), Trinidad y Tobago (0-2, un gol), Estados Unidos (4-0, un gol).
En total, ocho partidos en Mundiales (con el del domingo), con lo que supera a Umaña (siete) y 40 duelos de eliminatorias le contemplan, en los cuales ha celebrado cinco tantos.
83 encuentros entre todas las competiciones con la selección nacional y siete goles en total, para un futbolista que fue siempre más un asistente que un goleador.
Criado en el barrio obrero de Hatillo, en el sector sur de San José de Costa Rica, el fútbol llevó de la mano a Bolaños y en concreto un equipo: el Deportivo Saprissa. Hincha de la 'ultra morada', pasó por el grupo de hinchas de su equipo antes de formar parte de él como jugador profesional.
Futbolista también por raíces, ya que su hermano Jonathan fue delantero profesional, con paso por los cuatro grandes equipos del país: Saprissa (donde coincidieron en 2001), Alajuelense, Cartaginés y Herediano.
En Saprissa se formó como aficionado, como futbolista y se dio a conocer al mundo, en el Mundial de clubes en Yokohama (Japón) en 2005, en el que destacó ante equipos como el Liverpool inglés y del que fue considerado entre los mejores jugadores de torneo. Fue su trampolín hacia Europa.
Pasó por Dinamarca en el Odense, por Noruega en el IK Start y de nuevo a tierras danesas, donde se estabilizó en el Copenhague con el que llegó a jugar la Liga de Campeones y la Liga Europa. Aún con las diferencias horarias, Bolaños siempre se despertó a tiempo para ver a su Saprissa cada semana.
Luego regresó a Saprissa, con un paso intermedio por Vancouver (Canadá) para disputar la Major League Soccer estadounidense, de la que retornó a la 'S' morada para estar listo para el Mundial.
Quienes lo conocen le califican de tipo discreto, humilde, de perfil bajo en sus apreciaciones. Aunque también firme y directo. De hecho, en los días previos al Mundial de Rusia 2018, Bolaños explotó tras el amistoso en Bruselas con el 4-1 en contra ante Bélgica.
"Ustedes están aquí por los goles que yo hice en la eliminatoria", espetó a la prensa 'tica', con dureza aunque sin perder las formas ni la compostura, pidiendo a los informadores que empujaran a la 'Sele' de la misma forma que los jugadores.
Ahora, con el primer mazazo de Costa Rica con la derrota ante Serbia, esa unión será aún más necesaria para intentar darle la vuelta al partido ante Brasil, la pentacampeona que acudirá al choque contra Costa Rica enrabietada tras empatar inesperadamente ante Suiza (1-1).
En su tercer Mundial, los regates, los cambios de ritmo y las asistencias que han llevado a Bolaños a su tercer Mundial se antojan aún más necesarios para que Costa Rica tenga el punto de producción ofensiva necesarios para hacer caer al gigante brasileño.