La ambición y la presión de Hazard: "Debería ser mi Mundial"
Es su segunda Copa del Mundo. En la anterior, en Brasil 2014, Bélgica terminó en cuartos de final, eliminada por Argentina (1-0), pero sobre todo por debajo del nivel futbolístico que se espera de una generación de unas cualidades indiscutibles que comienza los grandes torneos como aspirante a todo, pero luego se queda sin nada.
En la Eurocopa 2016 tampoco alcanzó las metas esperadas, apartado del torneo también en los cuartos de final por Gales. Hoy, dos años después, el equipo apunta de nuevo muy alto, reafirmado a la vez por los números de los 'Diablos Rojos' desde que asumió el banquillo el español Roberto Martínez: 21 partidos, 15 victorias, cinco empates y una sola derrota, el 1 de septiembre de 2016 contra España (0-2).
"Tengo 27 años, es mi segundo Mundial y he completado una temporada potente a nivel individual. Todos los elementos se suman para jugar un buen torneo", declaró el futbolista del Chelsea en la concentración de su combinado en el Moscú Country Club, dedicada al entretenimiento, tras la cancelación de la sesión de esta mañana por cansancio y para controlar el desgaste para el duelo contra Túnez.
"Yo no hice nada, literalmente", explicó Hazard. Algunos compañeros sí. Por ejemplo, los porteros, entre ellos Thibaut Courtois, jugaron al golf, según desvelaron a través de las redes sociales. También muchos de ellos hicieron alguna sesión individual en el gimnasio, mientras aguardan la segunda jornada del Mundial.
"Mentalmente es bueno que cada uno haga lo que quiera", explicó Hazard, que asume la crítica por el fútbol de su equipo, no por el marcador, del estreno por 3-0 contra Panamá: "Se espera mucho de nosotros, pero ya hemos visto que, salvo Rusia en el primer partido, casi todos los encuentros se ganaron por uno o dos goles".
"Nosotros ganamos 3-0. No está mal. Todos esperan que juguemos buen fútbol, que tengamos el 80 por ciento de la posesión, que tiremos a portería 50 veces, que marquemos 40 goles... Lo más importante es que ganemos", remarcó Hazard, preguntado también por un momento del encuentro contra Panamá con Romelu Lukaku.
"No fue un ataque contra él. Si queremos llegar lejos, le necesitamos. Sabemos que va a marcar goles, pero lo necesitamos más implicado en el juego del equipo para poder encontrarlo. Hablamos en el descanso y en la segunda parte se movió más y anotó dos goles. No digo que yo tenga razón, pero él sabe que tiene que tocar más balón", valoró el media punta en ese sentido este miércoles.
Bélgica ya aguarda a Túnez, el próximo sábado en el estadio Spartak de Moscú, seguramente sin Thomas Vermaelen, al que Roberto Martínez espera para el duelo de la tercera jornada ante Inglaterra, y con la duda de Vincent Kompany, que en principio podría reincorporarse en dos o tres días a los entrenamientos con el grupo.
En ese partido, Kevin de Bruyne mantendrá su posición en el medio, más retrasado que Eden Hazard y Dries Mertens. "Mi lugar está ahí. Los últimos años me he hecho más fuerte y tengo más experiencia con lo que puedo cumplir en ese puesto", declaró este miércoles sobre un puesto en el que organiza juego, pero pierde llegada.
También se adapta a su rol Yannick Carrasco. El exjugador del Atlético de Madrid era un extremo puro con el equipo rojiblanco, pero en su selección tiene toda la banda para sí mismo, con las consiguientes responsabilidades defensivas. "Intento hacer lo que me pide el entrenador. No es mi sitio. Intento concentrarme", afirmó.
"Lo más importante es que gane el equipo. Pienso por el bien del equipo. Todo el mundo quiere jugar de titular, yo jugué ahí y estoy haciendo mi trabajo", añadió el futbolista del Dalian Yifang chino, una de las innumerables piezas del talento del que dispone Bélgica, con tanta ambición y presión en Rusia como su estrella: Eden Hazard.