Cherchésov, el kaiser de la selección rusa

Moscú, 28 jun .- Profundo admirador de la mentalidad alemana. El seleccionador ruso, Stanislav Cherchésov, jugó en Alemania, entrenó en Austria y presume de ser discípulo y amigo del técnico teutón, Joaquim Löw.

"Los alemanes tienen un carácter estable. Alemania no depende de con qué pierna se levanten los jugadores el día del partido. En cambio, los españoles poseen un gran potencial, pero tiene cambios en su estado de ánimo", comentó a Efe Cherchésov en vísperas del Mundial.

Con su inconfundible bigote, Cherchésov parecen un húsar. Rudo en el trato, no se anda con tapujos cuando se trata de arengar a sus pupilos o responder a las preguntas capciosas de los periodistas rusos.

Cuando se pone el chándal y el silbato al cuello, más que dirigir el entrenamiento, parece ser un instructor militar recién salido de un barracón.

Como en la guerra, para el técnico ruso la palabra clave es disciplina. Por eso le gustaría que Rusia jugara como la Mannschaft y por el mismo motivo alaba tanto al brasileño Tite, del que admira que haya logrado conjugar la samba carioca con el orden táctico europeo.

Como buen oriundo del Cáucaso, tiene la sangre caliente. Tuvo sonados enfrentamientos con jugadores como Ígor Denísov y más recientemente con Artiom Dzyuba. Pero es considerado una persona justa.

No dudó en tomar las armas y lanzar una revolución en el seno del equipo nacional. De los once jugadores que se enfrentaron a España en un amistoso en noviembre de 2017 (3-3), sólo uno tiene posibilidades de repetir el domingo contra los españoles.

"Una bofetada a tiempo es útil", aseguró tras la derrota ante Uruguay (0-3) en una de esas frases lapidarias que tanto le gustan.

Ha tenido que soportar una campaña de acoso y derribo casi desde que asumiera las riendas de la selección rusa en 2016. Muchos analistas preferían a Kurbán Berdíev, el técnico que llevó a la cima al Rubín Kazán y sacó del anonimato al Rostov.

Para muchos exfutbolistas, "un antiguo portero no pueden ser un buen entrenador".

No le ayudaron los resultados, ya que estableció récord negativos como siete derrotas consecutivas y acumula ya diez derrotas en 23 partidos como seleccionador. Precisamente, su mejor resultado fue empatar ante España.

"Las críticas a Cherchésov con injustas. Los problemas del fútbol ruso son mucho más profundos que los recientes malos resultados de la selección", comentó a Efe Ígor Rabiner, popular periodista del diario "Sport Express".

Como buen abanderado del fútbol germánico, todos los equipos que ha entrenado -Dinamo, Terek, Spartak o Legia- se caracterizan por las transiciones rápidas de defensa a ataque.

Su inmersión en la cultura alemana comenzó en 1993, cuando abandonó la portería del Spartak Moscú y fichó por el Dinamo Dresde, aunque donde se asentó fue en el Tirol austríaco (1996-2002), donde coincidió con Löw.

"Löw fue mi entrenador. Es una persona culta y un gran entrenador que sabe trabajar con la gente", asegura y enseña orgulloso una foto de ambos en su despacho de la Unión de Fútbol de Rusia.

Suplente del legendario guardameta soviético Rinat Dasáev, tuvo que esperar a que éste se marchara al Sevilla en 1988 para ser titular en el Spartak Moscú.

Cherchésov defendía la portería del equipo soviético cuando éste dio la campanada al eliminar al Real Madrid en 1991 -justo antes de la caída de la URSS- en los cuartos de final de la antigua Copa de Europa.

El equipo blanco marcó primero por medio de Butragueño, pero después los soviéticos anotaron tres goles, dos obra de Dmitri Rádchenko, que después ficharía por el Racing de Santander.

"Los mejores estadios son aquellos en los que ganas. El Santiago Bernabeu es un buen estadio porque allí gané", explicó.

Internacional en 49 ocasiones, colgó las botas en 2002. Casi sin tiempo para el respiro, comenzó a trabajar en los banquillos, primero en equipos modestos, pero pronto en el Spartak Moscú, el club de sus amores.

No echó raíces en ninguna parte. Con la excepción del Térek chechén, con el que llegó a ser líder de la liga rusa, sólo aguantó una temporada en cada club que dirigió, aunque con el Legia Varsovia ganó la liga polaca.

Pocos recuerdan ahora que, desde que alcanzara las semifinales en la Eurocopa de 2008, Rusia no se clasificó para el Mundial de Sudáfrica y fue apeada en la primera fase en Brasil y en las Eurocopas de 2012 y 2016.

Mientras, Cherchésov ya ha hecho historia, al alcanzar los octavos de final del Mundial, algo que nadie había hecho antes desde la caída de la Unión Soviética.

Ya nadie le podrá echar en cara que la selección actual es la peor de la historia de Rusia. Y en caso de que elimine a España, habrá igualado el segundo mejor resultado de la URSS, cuyo mayor logro fueron las semifinales en Inglaterra 1966 con Lev Yashin bajo los palos.

"¿España? ¿Por qué no? ¿Por qué no?", comentó a Efe un sonriente Cherchésov esta semana durante un entrenamiento en las afueras de Moscú.