"En cualquier barrio de Milán o París se oyen cosas peores" (Marco Materazzi,
Óscar González
Moscú, 9 jul .- "Y ahí aparece Luis Medina Cantalejo, que fue el cuarto árbitro, que me dice: 'terrible cabezazo del 10 de los blancos a...no recuerdo el número que tenía Materazzi. Medina Cantalejo me dijo; 'cuando lo veas no lo vas a creer".
Diez años después, el árbitro argentino Horacio Elizondo relató para FIFA.com cómo vivió la jugada que no sólo marcó la final del Mundial 2006, sino que puso fin a la carrera como jugador de Zinedine Zidane.
¿Fue ese un anticipo -entonces ilegal- del VAR? ¿La primera ocasión en la que se utilizaron las imágenes para sancionar una jugada que no había visto el árbitro?. Según los franceses sí y, por lo tanto, no debía haber sido atendida. Medina Cantalejo, que oficiaba como cuarto árbitro, negó siempre que hubiese recurrido al monitor que tenía a pie de campo para ver la agresión.
Porque prácticamente nadie en el campo se dio cuenta de lo que había ocurrido en aquel minuto 107 y 45 segundos de la final que disputaron Francia e Italia, en el estadio olímpico de Berlín, el 9 de julio de 2006.
Aparentemente, fue una jugada sin trascendencia. Un balón colgado al balcón del área desde la derecha por Florent Malouda, que rechazó de cabeza sin problemas Gennaro Gattuso. El balón llegó a Andrea Pirlo, que lo envió en largo a Alessandro Del Piero.
Ya en campo francés, Del Piero cayó en pugna con Claude Makelele y dio el balón con la mano. Elizondo sancionó la mano y Makelele sacó la falta rápido hacia Sylvain Wiltord, que de pronto se paró, en vez de lanzar el contragolpe desde la línea medular.
Elizondo, en ese momento, se acercó a la banda, hacia donde estaba el asistente Darío García y, tras asentir, se fue directo hacia Zinedine Zidane con la tarjeta roja en la mano. (Más de un decenio después, el árbitro aceptaría que la consulta al linier fue un pequeño teatro, porque en realidad se había enterado por el cuarto árbitro y el juez de línea no sabía nada).
La conmoción fue tremenda. ¿Qué había ocurrido para que, de forma súbita, fuese expulsado el mejor jugador del Mundial, el hombre que estaba siendo decisivo en la final y que, además, había anunciado su retirada al final del partido?.
Acto seguido, en los videomarcadores se vio la jugada repetida; cómo Gattuso despeja el balón y cómo Zidane regresa hacia su campo al trote hablando con Marco Materazzi. De pronto, se da la vuelta y le propina un cabezazo en el pecho al central italiano, que cae desplomado.
¿Qué le dijo Matterazzi a Zidane para provocar la violenta reacción de éste?. La jugada marcó la final, porque Francia, que estaba dominando la prórroga hasta entonces, llegó a la tanda de penaltis desmoralizada y entregó el título a Italia.
Se abrió un debate, entonces, sobre cuáles son los límites dentro de un campo de fútbol y, sobre todo, ¿quién fue el malo de la película?.
En contra de Materazzi estaban sus antecedentes. Central rudo, de la vieja escuela, el italiano pasó muy joven por el fútbol inglés donde dejó huella; cuatro expulsiones en 27 partidos con el Everton. De vuelta a Italia, se ganó fama de defensa duro, pero también goleador (12 tantos con el Perugia) y logró un traspaso al Inter con el que lo ganaría todo (Liga, Copa y Liga de Campeones con Mourinho). "Le odian todos menos los que visten su camiseta", aseguraba su exentrenador Roberto Mancini.
Zidane, el mejor jugador del cambio de siglo, también tenía un pasado de reacciones violentas: en el Mundial de Francia'98 se perdió el último encuentro de la primera fase (ante Dinamarca) y el partido de octavos contra Paraguay por pisar en el suelo a un jugador saudí; y en Liga de Campeones, con el Juventus, fue suspendido cinco partidos por dar un cabezazo al alemán Jochen Kientz, del Hamburgo.
La FIFA abrió una investigación. Materazzi reconoció haber insultado a Zidane y fue sancionado con dos partidos de suspensión y 5.000 francos suizos (unos 3.100 euros). "Zizou" fue multado con 7.500 francos suizos (4.780 euros) y tres partidos de suspensión que, ya retirado, sustituyó por trabajos para la comunidad.
Un año después, Materazzi desveló en su biografía "Una vita da guerriero" lo que ocurrió.
Tras agarrar a Zidane, éste le dijo con ironía: "Si tanto quieres mi camiseta, te la doy luego"
- "Prefiero a la p..._ de tu hermana", contestó. Zidane al escuchar esto se volvió y le dio el cabezazo.
Materazzi, aludiendo a los códigos de los campos de fútbol, entendió como desmedida la reacción de Zidane. "En cualquier barrio de Roma, Nápoles, Milán o París se escuchan cosas bastante peores", aseguró.
Zizou, por su parte, nunca quiso pedir perdón -si me hubiese disculpado, hubiese admitido que lo que hizo fue normal-.
Con el tiempo, convertido en entrenador, admite que no es algo de lo que se sienta orgulloso, pero lo ha asimilado como un hecho más de su trayectoria profesional. "Forma parte de mi carrera, forma parte de mi vida, forma parte de las cosas que no son graves, pero que uno debe aceptar, uno debe digerir", dijo este enero en una entrevista con Telefoot.
Todos salieron perdiendo. Zidane, que en esa final abrió el marcador con un penalti "a lo Panenka", cerró su etapa como jugador sin un segundo título mundial que había merecido. Materazzi quedó marcado. "Lo único que querría que se recordase es que en la final marqué un gol de cabeza y otro en la tanda de penaltis. Pero mucha gente por la calle me dice que hice muy bien en darle un cabezazo a Zidane. Entonces me enfado, porque lo recibí yo, lo que demuestra que la historia fue contada de forma extraña".
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