Francia y Croacia: sus caminos hacia la gloria
Francia buscará el domingo su segundo Mundial y Croacia, el primero. De las 32 selecciones que iniciaron el camino hacia la gloria solo franceses y croatas podrán luchar por el cetro en el estadio Luzhniki, donde empezó todo el 14 de junio.
Un 6 de septiembre de 2016 inició la selección francesa la clasificación para Rusia, un par de meses después de caer en la final de "su" Eurocopa, una derrota en la prórroga que aún tratan de digerir los franceses, como reconoció estos días Didier Deschamps.
Ya en la Euro'16 el seleccionador galo, Didier Deschamps, varió su dibujo: del 4-3-3 al 4-2-3-1 para acoplar una gran generación basada en un ataque demoledor y dinámico, pero sobre todo veloz.
Antonie Griezmann, Kylian Mbappé, Thomas Lemar o Ousmane Dembelé son opciones para cualquier posición del ataque cercados por Olivier Giroud, un "9" con más brega que gol en este Mundial.
Paul Pogba, un llegador de condiciones físicas envidiables, quedó relegado al mediocentro, como en el United, junto a Ngolo Kanté, omnipresente y clave en la recuperación de esta Francia.
Con extremos tan móviles se antojó vital la profundidad de sus laterales: Lucas Hernández y Benjamin Pavard, perfectos en la idea que ronda la cabeza del seleccionador.
Arreciaron las críticas sobre el técnico, campeón del mundo como jugador en el 98, después de dejar al medio Adrien Rabiot fuera de los 23, por ello el viaje hacia Rusia despegó con las turbulencias.
Un gran Hugo Lloris abre desde la portería este 4-2-3-1 con el que terminó la Eurocopa, mantuvo en buena parte de la clasificación y no soltó en el Mundial salvo en el turbio debut.
Ante Australia dejó a Giroud fuera. Griezmann, Mbappé y Dembelé se repartieron un ataque obstruido, pero salvó la papeleta en la recta final.
Al mismo tiempo que en Francia asimilaban las dudas del debut en Croacia se apuntalaba el equipo al que llegó Zlatko Dalic como medida de urgencia cuando más peligraba el Mundial.
El 9 de octubre de 2017 debutó Dalic en Ucrania para meter a Croacia en una repesca que pasó con suficiencia en Grecia.
Su primera aportación fue situar a Luka Modric en la mediapunta, liberado de tareas defensivas a tenor de sus 33 años y de su carga de partidos en el Real Madrid.
Su presentación en Rusia fue ante Nigeria, pero con el regreso de Modric al mediocentro junto a Ivan Rakitic, una pareja inigualable. Fue también el primer gran partido de Ante Rebic, una de las sensaciones del torneo.
Si a Deschamps se le rebeló Rabiot a Dalic se le vino encima el caso Kalinic. El delantero del Milan se negó a jugar los últimos cinco minutos y fue expulsado de la concentración.
Pero Francia y Croacia completaron sus grupos con bastante solvencia. A los galos les sobró incluso el último duelo con Dinamarca (les bastaba un punto para ser líderes), mientras los croatas dejaron su impronta en un 0-3 a Argentina para el recuerdo.
Después de un grupo resuelto sin sobresaltos Francia tuvo que encarar de manera consecutiva a Argentina, Uruguay y Bélgica. Y a las tres propuestas respondió Deschamps casi sin retoques en el once (salvo Tolisso por el sancionado Matuidi ante la Celeste).
Se ha visto estas semanas a Mbappé volar, a Kanté robar todo lo que alcanzaba, a Varane y Umtiti ser decisivos en su propia área y en la rival, y una versión mejorada de Pogba y Griezmann, cada uno con su misión.
A Croacia las eliminatorias le trajeron bajo el brazo tres prórrogas con dos tandas de penaltis, nadie hasta la fecha había firmado una final de un Mundial con un camino así.
Dinamarca y Rusia igualaron fuerzas pero toparon con Danijel Subasic, mientras que Inglaterra cayó en la prórroga gracias a Ivan Perisic, pura adrenalina sobre el césped, y un gol de Mandzukic de auténtico delantero centro en el minuto 109.
En el habitual 4-2-3-1, Marcelo Brozovic permitió a Modric jugar más adelantado aunque fue más el ansia por la gloria que la táctica lo que llevó a esta Croacia a la gran final.
Dalic hizo los cuatro cambios en el tiempo extra cuando el equipo aparentemente estaba fundido, pero sacó fuerzas ara noquear a Inglaterra.
Sin embargo, croatas se sienten fuertes para la final pese a acumular un partido más en sus piernas (la suma de las tres prórrogas) que los franceses.
El segundo país con menor número de habitantes (poco más de cuatro millones) en jugar una final, después de Uruguay, está ante la oportunidad de entrar por derecho propio en el selecto grupo de 8 campeones del Mundo, pero Francia aguarda.