España desecha los complejos
Lucía Santiago
Madrid, 19 ago .- Cuando en el entrenamiento previo a su partida hacia la Bretaña francesa las jugadoras de la selección española expusieron su deseo de triunfar en el Mundial sub-20, aquello sonaba utópico.
No era, en ningún caso, una exigencia puesto que la evaluación de logros del fútbol femenino español no era nada halagüeña. Dos participaciones, en 2004 y 2016; los cuartos de final como techo.
Pedro López, sin embargo, convenció a sus pupilas de sus capacidades para desafiar la historia. El mensaje prudente de hace dos años -"tarde o temprano, no sé si en este Mundial o en el siguiente, se van a ver resultados", dijo entonces a EFE- se tornó valiente. "¿Por qué no vamos a soñar con ser campeonas del mundo?", se preguntó el técnico palentino antes de dejar Las Rozas.
Francia, Japón e Inglaterra, además de España, son los cuatro países que resisten como pretendientes, por lo que el certamen encumbrará a un nuevo campeón. Ni Estados Unidos, ni Alemania ni Corea del Norte, vencedores en las ocho ediciones disputadas desde 2002, aparecen en esta ocasión en semifinales.
En esa estancia se estrenará el combinado español tras haber seguido una trayectoria intachable, con tres victorias y un empate.
Sorprendió a sus rivales con un estilo casi contracultural, alejado de la imposición física; con jugadoras de toque, como la exquisita Aitana Bonmatí; y con la ambición de la también barcelonista Patri Guijarro como faro.
"Es una selección que basa su estilo en el juego de posesión. Sus jugadoras buscan constantemente la espalda de sus rivales con pases rasos y siempre tienen futbolistas por delante del balón", analizó la exseleccionadora alemana Silvia Neid, una de las voces más autorizadas del fútbol femenino, por su currículo.
Como jugadora, Neid ganó las Eurocopas de 1989, 1991 y 1995. Como entrenadora, participó de los logros continentales de Alemania en 2009 y 2013 y de los triunfos en el Mundial sub-19 de 2004 y en el absoluto de 2007. Después, cerró su periplo en los banquillos con su coronación en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Ahora, como directora del departamento de análisis de la Federación Alemana de Fútbol, aplaude los progresos de España, voraz en categorías inferiores pero incapaz -al menos hasta ahora- a nivel absoluto. Los recientes éxitos continentales en edades sub-17 y sub-19 avalan, sin embargo, su crecimiento.
Esta generación, de hecho, es apta para la disputa de las medallas. Este lunes (19.30 hora peninsular) en la localidad francesa de Vannes, el plantel que dirige Pedro López retará a la selección anfitriona por una plaza en la final del día 24.
El conjunto de Inglaterra o el de Japón progresará igualmente hasta la última fase.
Dada esta confección del cuadro, España y Japón amenazan con reeditar la final del Mundial sub-17 de 2014, celebrado en Costa Rica. Patri Guijarro, Carmen Menayo, Aitana Bonmatí y Maite Oroz, las cuatro capitanas del equipo español en este Mundial sub-20, perdieron cuatro años atrás ante las pequeñas Nadeshiko.
Intratable en San José, con goles de Meika Nishida y Fuka Kono, el cuadro nipón se coronó en el Estadio Nacional del país centroamericano (2-0).
Las españolas aceptarían un nuevo duelo ante las japonesas -ya las derrotaron en la fase de grupos-, aunque antes aparece Francia como escollo. La selección anfitriona llega igualmente invicta, tras liderar el Grupo A y doblegar en cuartos de final al combinado de Corea del Norte, defensor del título.
El cuadro norcoreano fue su verdugo en la final del Mundial sub-20 de 2016, en Papúa Nueva Guinea. Mylene Chavas, Marie-Antoinette Katoto, Amelie Delabre y compañía aspiran a mejorar aquel subcampeonato. Eso pasa por batir a una selección española desinhibida. El arrojo de Patri Guijarro, máxima realizadora del certamen con cinco tantos, está resultando contagioso.