El Dépor cierra en descenso media temporada de errores
Carlos Alberto FernándezA Coruña, 15 ene .- El Deportivo ha cerrado en las posiciones de descenso media temporada de errores propios, especialmente en su área, pero también en la contraria, que le han costado el puesto al entrenador que empezó el curso, Pepe Mel, y contribuyeron también a la salida del director deportivo, Richard Barral, en enero.
El máximo responsable de la confección de la plantilla esperaba una temporada tranquila, pero ha sido, tal y como él mismo admitió en su despedida, el año de la "gran decepción", porque el equipo está inmerso otra vez en la batalla por la permanencia, jugando con fuego.
El Deportivo apostó más por el cerebro que por el físico en la configuración del equipo y desde antes de que empezara la temporada ya había una brecha abierta por un puesto que el entonces entrenador, Pepe Mel, veía crítico.
El técnico pidió por activa y por pasiva la llegada de un portero, pero el club apostó por reforzar aún más el ataque con el regreso de Lucas Pérez cedido por el Arsenal.
Tras haber fallado la opción de fichar al brasileño Diego Alves y al sevillista Sergio Rico, entre otros, solo optó por reforzar la portería tras la lesión de Rubén Martínez en las últimas horas del mercado.
Para entonces, el debate sobre los guardametas del Deportivo ya estaba abierto. Rubén, titular en las dos primeras jornadas, comenzó el curso con un grave error ante el Real Madrid (0-3), del que luego se repuso con una buena actuación ante el Levante (2-2), pero la herida nunca cicatrizó.
Se abrió aun más porque se lesionó en un entrenamiento y estuvo un par de meses de baja. Como solución de emergencia, el Deportivo incorporó al internacional rumano Costel Pantilimon, cedido casi de forma "gratuita" (como dijo en su día Richard Barral) por el Watford inglés.
Antes de que Pantilimon debutara sin acierto, Mel dio un partido al polaco Tyton, incorporado un año antes, que tampoco aportó seguridad ante la Real Sociedad (2-4).
Por la portería también pasó el joven Francis Uzoho, que esta temporada dio el salto del juvenil al filial en Segunda B y llegó prematuramente al primer equipo de la mano de Mel junto antes de su destitución.
El nigeriano, como los anteriores, no zanjó el debate en los dos partidos que tuvo. Los goles que encajó no llegaron tras errores, pero pagó su nerviosismo y el técnico que había tenido en el segundo equipo, Cristóbal Parralo, le relegó a Segunda B cuando asumió el cargo.
Con Cristóbal volvió Pantilimon y nuevamente Rubén, que ha encadenado buenas actuaciones con fallos graves como el del primer gol del partido del pasado sábado ante el Valencia (1-2).
Esa cita, como la anterior en Riazor, el derbi gallego ante el Celta de Vigo (1-3), resumen lo que ha sido el Deportivo en la primera vuelta: un equipo que ha pagado muy caros sus errores en el área propia y en la rival, y que ha tenido momentos de desconexión muy evidentes.
Cuando no ha fallado el portero, lo ha hecho un defensa (Albentosa ante el Valencia, Sidnei ante el Celta, Schär también en ese partido y en otros), la pésima actitud defensiva de un lateral o un centrocampista en las coberturas o la falta de precisión de un ataque que estaba diseñado para otras cotas (Adrián perdonó el empate en un mano a mano ante el Valencia).
Con todos esos problemas y una plantilla hecha más para atacar que para defender, ha firmado su primera vuelta con más derrotas (11) desde la década de los sesenta, una de las más pobres en puntuación (16, los mismos que en la campaña 2012-13) y también está en el podio de las que más goles ha encajado (recibió 40 en la 2012-13).
Esos guarismos en media temporada de errores y con la portería a cuestas han llevado al Deportivo a las posiciones de descenso cuando el campeonato ha llegado a su ecuador.
El equipo se encuentra en una complicada situación de la que intentará salir en la segunda vuelta, que comenzará con un plato fuerte, la visita al Real Madrid en el Santiago Bernabéu el próximo domingo.