2-3, m. 62: Braithwaite.
0-2, m. 27: Carmona
0-3, m. 45: Carmona
Reacción con muerte en la orilla
El Sevilla FC arrancó una sufrida victoria contra un combativo RCD Espanyol en el RCDE Stadium tras un 0-3 en la primera mitad -Lamela y doblete de Carmona-, pero cedió después dos dianas -Joselu, de penalti, y Braithwaite- que cambiaron por completo un pulso de cien minutos.
Los andaluces consiguieron así su primer triunfo en la presente temporada en LaLiga Santander y ganan oxígeno para su entrenador, Julen Lopetegui, que llegaba a Cornellá-El Prat cuestionado. Los periquitos, por su parte, no dan continuidad a su anterior victoria contra el Athletic en San Mamés (0-1) y siguen sin ganar en casa.
Lopetegui tomó aire muy pronto. Erik Lamela rompió todas las quinielas y borró las especulaciones en tiempo récord: el centrocampista argentino tardó 40 segundos en superar al portero Álvaro Fernández tras aprovechar a la perfección un balón al espacio.
El cuadro blanquiazul superó la conmoción rápido y apretó al Sevilla, pero los andaluces castigaron al anfitrión de nuevo. Carmona, en el minuto 27, remató un rechace del portero, que previamente había frustrado un cabezazo de En-Nesyri. El 0-2 dibujaba un escenario muy agradable para el cuadro visitante.
Joselu tuvo una ocasión en la siguiente jugada, aunque falló el control decisivo en el área, y en el minuto 42 mandó el balón a un poste. No era el día para el Espanyol, al que todavía le faltaba un susto por vivir: otro tanto de Carmona, tras un error defensivo claro, en el 45.
El encuentro parecía sentenciado para los catalanes, que se encontraron con un protestado penalti en el tiempo añadido por mano de Acuña en el área. Joselu vio puerta ajustando el balón a la base del poste izquierdo. Pese a la ventaja del Sevilla, el 1-3 planteaba un escenario ligeramente distinto.
En la reanudación, los de Diego Martínez buscaron reducir distancias y meterse de nuevo en el pulso. Sin embargo, los andaluces salieron bien posicionados, evitando correr riesgos. La insistencia blanquiazul, pese a todo, tuvo premio: Braithwaite, atento a un despeje de Bono, marcó el 2-3 en el minuto 62.
El marcador era del Sevilla, pero el ritmo era del anfitrión. Lopetegui cambió a defensa de cinco para frenar la escalada y agotó los cambios a falta de veinte minutos para el pitido final. Los catalanes presionaban, buscando el error y una remontada que parecía utópica en los primeros compases.
Pese a las buenas sensaciones del Espanyol y las elevadas revoluciones de los últimos minutos -con la expulsión de Lamela por doble amarilla en el 84 y varios acercamientos de peligro locales-, el reloj se alió con Lopetegui, que logró amarrar el resultado en el feudo blanquiazul.