La maldición de la ría se cruza de nuevo con el Betis
Comprobado el carácter de este nuevo Betis en Heliópolis, hoy le llega a los de Pepe Mel su primera ocasión de corroborar su juego y resultados lejos de su barrio. Si tiramos de estadística la historia es para echarse a temblar, si lo hacemos de poderío, plantilla y realidad, resulta incomprensible dicha maldición. Pero ésta es real y a ella se ciñen previamente jugadores y técnicos para poner el paño antes de que pueda llegar la herida. Ni siquiera la importante baja de Jorge Molina sirve como excusa, ya que Pablo Alfaro podría argumentar la de Fidel (joven canterano convertido en estrella en pretemporada), Kepa, Rafita, Raúl Cámara y demás. Vamos, como suele ser habitual durante todo el año, no sólo el Betis sufre las penurias físicas de la competición. Sur rivales, también.
Lo cierto es que además el Betis llega después de ganar sus dos partidos oficiales del ejercicio, mientras que los onubenses lo hacen sin conocer la victoria. Emaná debe empezar a demostrar su implicación, convirtiendo en hechos las buenas palabras de su representante. Veremos también como se desenvuelve Rubén Casto en el papel de delantero centro, mientras que quizás sea también el día del debut de Miguel Lopes. Por lo demás Pepe Mel ha anunciado su disposición a jugar con los mismos riesgos que cuando ejerce el papel de anfitrión, con Salva Sevilla conduciendo el juego desde la medular. El madrileño asegura que el fútbol es el mismo en casa que lejos de ella, veremos si la exigencia física en el balance defensivo le da la razón en Huelva, o por el contrario exige mayor trabajo solidario y contundencia. El beticismo no fallará, se esperan cerca de dos mil, y alentará por si acaso fuera necesario ese oxígeno a más de uno.