Asalto al Ángel Carro

El Betis visita este sábado al Lugo en su feudo. Una nueva final para Juan Merino y sus hombres, que tienen ante sí la posibilidad de lograr tres victorias consecutivas en liga, algo aún desconocido para este plantel. El escenario, quizás, el peor de los posibles, pues el Ángel Carro se ha presentado hasta el día de hoy como un estadio totalmente inespugnable. Una auténtica fortaleza rojiblanca, donde el equipo de Quique Setién aún no conoce el amargo sabor de la derrota. De vencer hoy, los béticos serían los primeros en lograrlo. 

En total, cuatro victorias y cuatro empates en su estadio suma el Lugo, y ninguna derrota. Y teniendo en cuenta que equipos importantes de la categoría ya han visitado el feudo blanquirojo. Por ejemplo, el Valladolid cayó en la segunda jornada por 1 a 0. El Osasuna, también, en la sexta, por 4 a 3. El Sabadell y el Tenerife han sido sus otras dos víctimas. Los únicos equipos capaces de puntuar en el Ángel Carro fueron el Leganés (0-0), el Zaragoza (3-3), la UE Llagostera (1-1) y el Racing de Santander (0-0).
Curiosamente, excepto en el caso de los maños, son los equipos de la parte baja los que obtienen mejores resultados del coliseo del Lugo, mientras que los conjuntos que aspiran al ascenso están pasando dificultades. La oportunidad del Betis y de Merino de confirmar la mejoría y la unión es impecable. Para empezar, los tres puntos en el casillero englobarían una racha de 9 de 9, por lo que el consejo verdiblanco tendría que comenzar a plantearse seriamente el aparcar, al menos de momento, la búsqueda de un entrenador. Una racha que Velázquez no fue capaz de conseguir, y que el linense tiene en su mano alcanzar. Precisamente, como si de un guión maquiavélico se tratase, podría ser Rennella, ídolo de la hinchada del Lugo, quien robase por primera vez esta temporada los tres puntos del Ángel Carro, y quien diese el 'do de pecho' en un plantel que, si bien es cierto aún tiene un margen de mejoría amplio, presenta una implicación mayor que a comienzos de temporada. El reto está ahí, y ahora es el turno del plantel bético el aceptarlo.