Carta de un abuelo del Betis a su nieto
- Abuelo, ¿por qué lloras si el Betis ha ganado?
- "Verás pequeño, una vez me dijo un sabio que hay personas que luchan un día y son buenas. Hay quienes lo hacen un mes y son mejores. También los hay que luchan un año entero y son muy buenos. Pero los hay quienes luchan toda una vida entera. Esos, esos son realmente los imprescindibles. Como tú, como yo, como todos esos béticos de los que hoy me acuerdo. Y es que perder la razón, es la prueba de amor más hermosa y más grande.
Hoy tu abuelo por fin vuelve a sonreír y estas lágrimas no son más que felicidad, pues me acuerdo de todos los que dieron la vida por llegar hasta aquí, de aquellos que se unieron para luchar por un Betis grande, de los que este lunes lloraban en forma de lluvia desde el cuarto anillo y hasta de los que renegaron de sus colores. El verde de la esperanza de nuestras vidas y el blanco de la pureza de nuestra pasión.
El Betis, como tu abuelo, estaba enfermo. Hacía mucho tiempo que dejó de ser aquello que enamoraba allá por donde pasaba. Se marchitó su alegría, se quemó su esperanza, inundó de decepción y desesperación a sus seres más queridos. Le falló a todos aquellos que dieron hasta sus últimas gotas de sudor y sangre luchando por él, la razón de su existir. ¿Pero sabes qué? Que su desgana, sus sinsabores y sus cometidos fallidos nunca lograron marchitar la ilusión de los miles de corazones que laten sus trece barras.
Al Betis lo recordaba con añoranza, con deseo y anhelo. Moría por volver a disfrutar de sus tardes de gloria, de su carácter de matagigantes, de su capacidad para rebosar e inundar de alegría a los que se dejaban la garganta por él. A la vez que perdía vida, me quitaba un trocito de la mía pero aquellos que eran vistos bailando, eran considerado locos por quienes no podían escuchar la música. Y es que cuando el Betis te agarra, es imposible escapar.
Verás pequeño, el Betis no es un simple equipo de fútbol. De hecho no es ni siquiera fútbol. Representa algo más que un sentimiento. Cinco letras que te alumbran, te hieren y te curan. Una forma de vida que te hace comprender el día a día de otra manera. Significa saber recibir palos cada semana, darte de boca contra el suelo y chocar con la humillación más absoluta. ¿Pero sabes qué? Nos hace levantarnos con más fuerza y recorrer un camino firme, unido y con esperanza.
El Betis no es un simple equipo de fútbol. De hecho no es ni siquiera fútbol. Representa algo más que un sentimiento. Cinco letras que te alumbran, te hieren y te curan. Y es que cuando el Betis te agarra, es imposible escapar...
El Betis no es un simple equipo de fútbol. De hecho no es ni siquiera fútbol. Representa algo más que un sentimiento. Cinco letras que te alumbran, te hieren y te curan.
Hace justo un año que te saqué tu primer carnet y hemos recuperado el nerviosismo, la emoción, ese ansiado cosquilleo, el veneno, las ganas y la inquietud de los días importantes. Las trece barras han sido nuestra gloria y nuestro castigo. Culpable de nuestras penas y protagonista de nuestras mayores alegrías. Y cada domingo, cuando miles de corazones vuelven al templo y la pelota echa a rodar, nuestra cabeza vuelve a funcionar, el alma vuelve a sentir y el corazón vuelve a latir. Porque tantas noches de letargo se hacían eternas, porque bastaba una semana sin verlo para que nuestro día a día tenga un sentido inexistente.
Y ahora el abuelo debe dar un paso al lado. A ti te dejo el legado por el que siempre he intentado luchar, pues hasta el más pobre puede dejar la herencia más grande. La del equipo que recuperó la casta de Curro Romero, el arte de Triana y la gracia de su gente, la que por siempre le reclama. El legado de unos friquis verdes que vagaron en el polvo más miserable de la segunda división. Desde Huelva hasta Sabadell, pasando por Llagostera, Ponferrada y Miranda del Ebro. Aquella escuadra verdiblanca que sin más alegría que la de los que lo rodeaban, 'on tour' Betis gritaban y por las carreteras viajaban. La resistencia de una curva y la de la esquinita de los sueños que siempre estaba poblada de almas verdiblancas, pese a cada viaje malgastado, cada noche sin dormir o cada desplazamiento en vano. El legado de los que lucharon por un Betis grande y hoy no han podido verlo volver a ser feliz. Pero esa familia unida nunca dejó de luchar y aquí la tienes, con la que ahora podrás viajar por Europa.
Eso sí, nunca dejes de acordarte de tu abuelo y de cómo te cuidaba. Y es que el Betis es como tú. ¿Recuerda cuando sacabas malas notas en el colegio y yo te reñía? Pues eso era porque siempre hay que exigirte un poco más, pero no por eso te dejaré de querer. Como reza su leyenda, cuando más lo necesita más te quieren manquepierda. Podrá estar alanceado mil veces, pero nunca muerto.
Que sin ti no soy 'na' ni despierto ni soñando. Que te necesito para probar, las alegrías y los llantos. Que necesito disfrutar de tus colores verdiblancos, de tu alegría y la de su gente, la que llena aquel campo.
Así que acuérdate siempre pequeño. Que el Betis es como tú, en lo que me refugio y amparo, pues puedo ya gritarle al mundo que eres todo cuanto valgo. Que sin ti no soy 'na' ni despierto ni soñando. Que te necesito para probar, las alegrías y los llantos. Que necesito disfrutar de tus colores verdiblancos, de tu alegría y la de su gente, la que llena aquel campo. Donde hay que ir a morir, gritando y animando, dejándose la piel, la voz y las manos. Gritando para que oiga y sienta, hasta el más sordo de los humanos, un ¡Viva el Betis Manquepierda!"
Soy no solo abuelo, soy bisabuelo. La carta de este Señor Abuelo me emociona e identifica. Tendria yo diez años y ya iba al Betis, como socio que pagaba 12 pesetas mensuales.Y recuerdo ese smillero de Beticos infantiles que pagaban 1.peseta mas 10 cts.de Auxilio Social. Recuerto mis viajes a ver el Betis con el Iliturgi( Andujar). Son muchas emociones y sentimientos vividos. VIVA NUESTRO BETIS:
Carta de un paragüero...........
Que bonitas palabras
Que palabras más emocionante
Que bonito !!!!!!!! simplemente maravilloso, enhorabuena Alvaro