El glamur lo pone el Betis

"¡Sí, sí, sí, Europa ya está aquí!". Así cantan muchos aficionados del Betis en las horas previas al partido ante el Dudelange. Ya está aquí, ya llegó. Esa bandera azul con las estrellas amarillas. Ese cartel de la Europa League... Varios años años después Heliópolis vuelve a saborear un aire distinto de fútbol. Un aire que (casi) siempre debería saborear, por todo. Y no importa el poco glamur del rival, eso es lo de menos. El Betis y los béticos vuelven a vivir una tarde importante de fútbol en Europa.

Nadie quiere recordar la última vez que el Betis jugó ante su gente una competición europea. Historia negra, negrísima. Ahora es el presente, casi dorado. Un blanco radiante para un choque que debe acabar en fiesta. Debe, a priori. Pero ya saben que las matemáticas en el fútbol muchas veces no se cumplen. La lógica indica un partido tranquilo para el Betis, un día feliz para Quique Setién. Una cita para acabar con la falta de puntería, seguir subiendo a gente al carro del entrenador e irse a la cama con cuatro puntos. Cuatro de seis para empezar no estaría mal. Nada mal.

Pero es el Betis del que hablamos y muchos aún tienen ese recuerdo de las tardes que iban a ser de gloria y al final fueron una pesadilla. Este Betis es otro Betis, con Lorenzo Serra Ferrer al mando y Quique Setién en la sala de máquinas. Un club al alza, ilusionado, y una plantilla de relumbrón, quizás la mejor de la historia del Betis. Todo unido deja un aire de poder lograr cosas importantes. "Cosas grandes", que diría Setién.

Una cita para acabar con la falta de puntería, seguir subiendo a gente al carro del entrenador e irse a la cama con cuatro puntos. Cuatro de seis para empezar no estaría mal

En esas cosas grandes debe estar llegar muy lejos en la Europa League. Tan lejos como está Bakú, esa ciudad a la que muchos béticos ya han visto cómo se puede viajar. De ilusiones se vive, pero también de realidades. Y este Betis no tiene que temer a ningún rival. Mucho menos al Dudelange, que asustó al Milan en la jornada inaugural pero que espera volver a Luxemuburgo con el saco lo más vacío posible. A su favor ya sabe que al Betis, hasta ahora, le cuesta un mundo hacer gol.

Rotaciones

Setién, que tiene minutos para todos, más para unos que para otros, como es lógico, medita seguir dando aire al once porque a la vuelta de la esquina están el Atlético y el Wanda Metropolitano. Y este Betis va a por todas y en todos sitios. Incluso puede ser un buen día para limar asperezas, con Francis como carrilero derecho. Con Loren para seguir su idilio con el gol. Para que regrese William Carvalho. Hay muchas cosas que ver en este Betis. Y casi todas son buenas.

El Dudelange nunca se han medido con un equipo español, son el gran equipo de Luxemburgo en el presente siglo y el primero de ese país que disputa por vez primera la fase de grupos de la Europa League. El premio ya lo tienen. Ahora van a por el gordo. Con Sinani como estandarte y un dato interesante, para los béticos que quieran ir a Luxemburgo: hay más espectadores que censados. El equipo con peor coeficiente de la Europa League, pero alma de aguar la fiesta en Heliópolis. Esto es Europa y aquí caben muchos. Europa, esa palabra que no quita el sueño a los béticos, ya está aquí otra vez.