Una resaca dolorosa a 900 kilómetros

El Betis mira al futuro con resignación después de la derrota ante la Real Sociedad, otro doloroso traspié en la lucha por Europa. Y lo ha hecho a más de 900 kilómetros de casa, porque Quique Setién decidió que la primera plantilla se entrenara en San Sebastián este viernes y después regresar en avión a Sevilla.

Tras una noche con muchas caras largas y algún que otro cuchillo afilado, los jugadores del Betis tuvieron trabajo en las instalaciones de Zubieta para empezar a preparar el partido del domingo frente al Villarreal. Setién mantiene el tipo a pesar de la mala racha y han aprovechado la distancia para evadirse un poco de las críticas recibidas.

Pero las redes sociales siguen echando mucho humo y son numerosos béticos los que piden la cabeza del entrenador... y hasta de los dirigentes. Setién quiere aislarse al máximo porque de momento tiene la tranquilidad de seguir en el banquillo y ya piensa en el once para el siguiente partido.

Con Joaquín apercibido para el derbi, no está claro que el técnico cántabro repita el sistema de cuatro defensas o si sentará a Lo Celso y recuperará a Bartra. En la sesión en tierras donostiarras no estuvieron los lesionados Francis y Junior (apuran para estar ante el Sevilla), ni Sergio León ni Javi García, descartados para jugar en Anoeta. Los cuatro se ejercitaron lejos de sus compañeros y de su entrenador en un día de resaca muy dolorosa en Heliópolis... y en San Sebastián.