El Betis de Joan Francesc Ferrer Rubi afronta su vuelta a LaLiga con el doble imperativo de dar un alegría a los suyos en el partido ante el Sevilla y de cosechar en once finales los puntos que le den la clasificación europea, de la que se encuentra a doce con los 33 que suma en duodécima posición.
Vuelven los verdiblancos en casa del eterno rival tres meses después de que, el pasado 8 de marzo, lograran su última e importante victoria en el Benito Villamarín ante Real Madrid (2-1) y lo hacen en una miniliga en la que su técnico es consciente de lo mucho que se juega y de que los puntos en juego caerán del lado del que mejor se adapte a unas circunstancias inéditas.
Todo es nuevo y a ello ha dedicado el técnico de Vilasar de Mar el trabajo físico y de mentalización de sus jugadores, quienes además vuelven a la competición en uno de esos partidos claves en el calendario futbolístico de la ciudad, el derbi ante el eterno rival, con temperatura propia pese a los intentos de algunos por 'calentarlo'.
Los condicionantes físicos, la compresión del calendario y los cinco cambios de jugadores aprobados serán claves en el remate de una Liga que, para los béticos, ha estado marcada por la irregularidad y por el elevado número de goles recibidos (43) en los ocho partidos ganados, los nueve empatados y los diez perdidos.
El Betis se jugará sus primeros tres puntos en un Sánchez Pizjuán sin público, circunstancia que deberá intentar decantar a su favor como visitante en una cita en la que la primera de las incógnitas a despejar será el tono físico de los jugadores tras el parón y en qué medida éste hará a Rubi alinear a su equipo tipo o incluir modificaciones.
Para el regreso a la competición, el técnico catalán cuenta con la duda del canterano Édgar González, quien ha eclosionado esta temporada en labores de contención en el centro del campo y que sufrió una lesión muscular el pasado martes; y la baja segura de Juanmi Jiménez, en la fase final de la recuperación de una operación de fascitis plantar.
La arquitectura del Betis hasta la suspensión de LaLiga ha estado conformada por Sergio Canales (2.294 minutos) Joel Robles (2.258), Emerson (2.025), Mandi (1.948), Bartra (1.973), Nabil Fekir (1.821), Álex Moreno (1.791), Joaquín Sánchez (1.716), Loren Morón (1.550), Andrés Guardado (1.531) y Borja Iglesias (1.380); y nada hace pensar que Rubi vaya a cambiar en mucho la columna vertebral de su equipo.
Clave en la vuelta será el acierto del máximo goleador bético, el recién renovado Loren Morón (9), su rivalidad con Borja Iglesias en el eje del ataque; la aportación y experiencia del capitán Joaquín Sánchez y la calidad desequilibrate del internacional francés Nabil Fekir y del español Sergio Canales.
No obstante, los condicionantes físicos derivados de la inactividad, el calendario y la nueva normativa de cambios inducen a considerar que sí tendrán importancia en los esquemas del técnico para su centro del campo el portugués William Carvalho, quien estaba logrando su tono tras superar una operación de hernia de disco; y las dos incorporaciones del mercado de invierno, el argentino Guido Rodríguez y Carles Aleñá.
El fondo de armario de la plantilla bética lo completan defensas experimentados como el brasileño Sidnei da Silva, el marroquí Zou Feddal o Antonio Barragán, centrocampistas como Javi García o Alfonso Pedraza o delantero como Cristian Tello, además de otros futbolistas llamados a dar el salto y que tendrán su oportunidad como el mediapunta mexicano Diego Lainez.
Además, es oportunidad para la cantera y con Rubi han estado en la vuelta al trabajo Raúl García de Haro, quien ha superado una operación de apendicitis; Robert González, Mohamed Mizzian Salmi, Carlos Marín, Rodrigo Sánchez 'Rodri', Ángel Baena y David Ramos.