Charly Musonda no levanta cabeza. El menudo extremo, que deslumbró hace unos años en el Real Betis, sufre desde hace varias temporadas un auténtico infierno con las lesiones.
Ocho años hace ya desde que fuera elegido el mejor jugador del mundo nacido en 1996. Desde entonces, el Chelsea buscó constantes cesiones (en Real Betis, Celtic y Vitesse) para que se curtiera y fuera la estrella del futuro en Stamford Bridge. Aunque deslumbró en el Real Betis, en los últimos años no ha levantado cabeza. Los médicos llegaron a decirle que tenía un 80 % de posibilidades de abandonar el fútbol y un par de años se ha roto dos veces el ligamento cruzado.
La primera, en el Vitesse en 2018. El pasado curso apenas disputó tres encuentros antes de volver a quirófano. Desde el 16 de agosto de 2019 no juega y ahora ha contado ese calvario en su cuenta de Instagram.
"Han pasado cuatro años desde que podía jugar partidos profesionales seguidos. Tres años desde la última vez que jugué para mi club. En dos de esos últimos cuatro años, me lesioné el ligamento cruzado de la rodilla. No sentía nada más que angustia y dolor. Los médicos me dijeron que pasar por una cirugía después de haber estado tanto tiempo fuera sería mi final"
"Seguiré escalando la montaña insuperable todos los días para correr con el balón una vez más, porque no hay mejor sensación que enfrentarse a uno mismo y sentirse vivo. Hasta que llegue el momento seguiré entrenado y creyendo en una remontada imposible", añade.
Por último añade una reflexión: "#EstaEsMiHistoria y cómo sigo entrenando y preparándome, a pesar de las bajas posibilidades, para algún día volver".