Pellegrini le llena la boca de fútbol a Mourinho

En el fútbol se habla en el campo. Ahí lo hace Pellegrini, quien le ha llenado de fútbol la boca a Mourinho con una lección de época. El Real Betis, su extraordinario Betis, le pegó un considerable baño a la Roma en la tercera jornada del Grupo C de la UEFA Europa League. El triunfo fue histórico por la forma y por el fondo. Por cómo se produjo, a base de dominio, solidez y buen fútbol frente a las piedras del camino; y por lo que supone: refrendar invicto el liderato de grupo y dar un paso de gigante para ahorrarse la eliminatoria de octavos de la competición continental.

También por el hecho de que supone un golpe encima de la mesa de la Europa futbolística. Este Betis va en serio, también en la Europa League, y su imagen refrenda el sueño de los béticos. Con Pellegrini al mando, todo es posible. Todo lo bueno, se entiende.

Mourinho ha ganado muchos títulos como entrenador. Pellegrini, no tantos. El portugués casi desprecia el buen fútbol en beneficio de su pragmatismo. El chileno lo promueve y a través de él busca los resultados, que han sido muchos y muy buenos en su prolífica carrera profesional. Mourinho habla mucho fuera del campo. Pellegrini, apenas. Prefiere hacerlo sobre el campo. Y lo hizo. Y tanto que lo hizo, dándole un merecido premio a los cerca de cinco mil incondicionales que fueron a disfrutarlo al Olímpico de Roma.

Fútbol del bueno y sin racanería

Eso es lo que hace con su Betis. Sin racanería, sin recursos extemporáneos, aferrado a su única gran arma: el buen fútbol. En Roma o en Pekín. No le asusta el rival, ni sus estrellas. Sólo piensa en que la filosofía que pregona se imponga y en el Betis lo va haciendo por días. El resultado es un equipo cada vez más sólido, que cada partido juega mejor al fútbol y que no se detiene ante los inconvenientes. Ante la Roma dio un salto grande en su crecimiento, por la actitud mostrada desde el primer minuto.

Como el chileno avanzó en la previa, a este Betis no le vale el empate en ningún sitio y se lanzó a someter a base de fútbol a un gigante encerrado en su madriguera. Con el riesgo que ello conlleva. En la primera parte dispuso de varias oportunidades claras producto de jugadas trenzadas, de dominar al rival a través de la pelota. El grande de Europa pareció siempre el conjunto verdiblanco. Ni la lesión de Fekir en el minuto 20, hasta ese momento incisivo y pieza clave; ni el penalti que acabó imponiendo el VAR por mano tan clara como involuntaria de Aitor Ruibal trastocaron para nada el plan del Ingeniero.

Guido Rodríguez y Canales ofrecieron un auténtico recital de fútbol en mediocampo, y el argentino coronó su exhibición con un golazo que equilibraba la contienda tras el de penalti de Dybala. Y hacía un poco de justicia. En la Ciudad Eterna estarán eternamente aburridos con el fútbol de Mourinho. En la Sevilla romana de Trajano y Adriano, la mitad del padrón disfruta con Pellegrini. Especialmente los más de cuatro mil béticos que se plantaron en la capital de Italia.

Providencial Claudio Bravo

Un remate de Zaniolo al palo y el subsiguiente paradón de Claudio Bravo al tiro de Dybala, todo en el mismo minuto 44, materializaron el bagaje real ofensivo de la Roma en la primera parte. El meneo de Pellegrini a Mourinho fue para que el portugués se esté calladito un tiempo. Que ni se moleste en elogiar al chileno, porque a estas alturas suena a coña.

La segunda parte empezó como acabó la primera: con un tremendo paradón de Claudio Bravo a bocajarro a tiro dentro el área pequeña. Fue el arañazo del gigante acorralado, porque por momentos daba hasta pena ver a jugadores de la calidad de los de la Roma jugando a lo que juega Mourinho y hartándose de correr detrás del Betis.

Canales continuó con su clínic, como si no le hubiera afectado el tremendo desgaste realizado en Vigo. Guido barría atrás y ponía la primera sílaba del fútbol bético, mientras Luiz Felipe hacía la raya mientras Pezzella bregaba con el marrón de marcar a Abrams. El Betis ya no tenía la misma verticalidad del primer tiempo, pero tampoco la Roma le hacía pupa, más allá de su poderío en las jugadas a balón parado.

La Roma prefiere embarbascar que jugar al fútbol

Viéndose dominada, no era de extrañar que la Roma de Mourinho empezara a calentar el partido. Protestas, manotacitos... jugar al fútbol le convenía menos que embarbascar lo que quedaba de contienda. Antiguo como la mismísima Vía del Foro. O como el catenaccio con el que tan a gusto se siente el técnico portugués. Esperar agazapado al error del rival. Buscar la contra como único argumento. Dejar que el que quiere jugar se desespere.

Así lograron los locales equilibrar el partido. Pellegrini refrescó su propuesta, primero con Rodri, y luego con Borja Iglesias, William Carvalho y Álex Moreno. Que por intentarlo no quedara. Una declaración de intenciones de este Betis, ambicioso de gloria y plata.

'Yo, Claudio' y Luiz Henrique

Como en la novela de Robert Graves y famosa serie de los setenta, Bravo dijo 'Yo, Claudio'. El meta chileno volvió a aparecer como un emperador romano cuando más se le necesitaba salvando las pocas acometidas italianas. Las fuerzas flaqueaban ya para los dos, pero el Betis era el único que de verdad quería ganar por medio del fútbol.

Y a falta de cinco minutos para el final del tiempo reglamentario, Rodri se inventó una jugadita por la izquierda de jugoncito ratonero y la puso con nieve para que Luiz Henrique se estrenara como goleador bético con un cabezazo espectacular. Prácticamente no había aparecido el brasileño desde que supliera a Fekir a los 20 minutos de partido, aunque su irrupción resultó gloriosa.

Para culminar la lección de balompié, el Betis durmió el encuentro mientras Zaniolo era la viva imagen de la impotencia de la Roma siendo expulsado por una patada. Grandísima victoria, de prestigio y de ilusión. Con el 'Alma de Dios' de Pellegrini tiñendo de verdiblanco el cielo romano.