El Mundial no cambia al Betis de Pellegrini
Si alguien tenía alguna duda, quedó disipada. El Mundial no ha cambiado al Real Betis de Pellegrini. No ganó, pero tampoco perdió. Sigue compitiendo al mismo nivel, peleando con la misma intensidad que el rival, generando ocasiones y sumando jugadores a la causa del chileno. Por ejemplo, Luiz Henrique, el mejor del partido pese a su juego guadianesco. El empate ante el Athletic Club en la jornada 15 de LaLiga Santander hace más o menos justicia a lo que se vio en el campo y permite a los béticos mantenerse en la tranquilidad de ver a su equipo anclado en la buena línea.
Un punto que lo deja más o menos igual en su lucha por los puestos de UEFA Champions League ante un rival directo en esa pelea. Un punto que despide un 2022 mágico con un regusto más dulce que agrio pese a no ganar. Porque, pese a las ausencias, el Betis de Pellegrini no baja el pistón y fue a por un triunfo que hubiese valido oro. No obstante, el Athletic también mantuvo su buen nivel y no lo puso fácil.
Vuelve el fútbol a casa por Navidad
Se acabó el Mundial, los amistosos de fogueo y, mientras se degluten turrones por doquier, volvió el fútbol a casa por Navidad. El de verdad, el que realmente remueve la pasión del aficionado. El bético regresó a su templo de Villamarín ansioso de resarcirse de 49 días sin su Betis y lo disfrutó sin verlo en su mejor versión.
El cuadro de Pellegrini ofreció apenas fogonazos del buen fútbol que le ha acompañado en las últimas tres temporadas, si bien compitió como suele hacer y ante un rival que está rayando a gran altura en el regreso al banquillo de Ernesto Valverde. Para venir de una impropia pausa mundialista de mes y medio, el partido exhibió una intensidad descarada y a fondo perdido. El Athletic de Valverde no conoce otra forma y el Betis de Pellegrini le va al órdago a quien esté enfrente.
Tardó en domar al león
La presión endemoniada de los chicarrones bilbaínos no puso fácil al cuadro verdiblanco el objetivo de que se jugara a lo que quiere. Tardó en domar al león, que tampoco fue tan fiero como lo pintaba su situación en puestos de UEFA Champions League. Dos concepciones del fútbol rematadamente opuestas se pelearon por el dominio: el toque y la maduración del ataque del Betis, frente a la verticalidad y velocidad del Athletic.
Hubo momentos para ambos, aunque las ocasiones más claras las tuvo el conjunto bético, principalmente en los pies de Luiz Henrique. El brasileño sigue dando una de cal y otra de arena, aunque sus lágrimas del inicio por el minuto de silencio a su padre dieron paso a uno de sus mejores días en verdiblanco. El Athletic fue perdiendo fuerza conforme pasaban los minutos, acogotado su ímpetu ofensivo por el frontón que supuso Luiz Felipe. El brasileño repelió los aldabonazos del rival y custodió el digno debut del jovencísimo Félix Garreta en la zaga. Para lo demás, Rui Silva.
Este Betis no escatima en esfuerzos y empuja con trece barras de ambición. Se fue creciendo de la mano de Fekir, ese indestructible tren inferior de talento. Arriesgó cada minuto más el chileno con su planteamiento y ello fue dando opciones al Athletic al contragolpe. El buen fútbol no predominó, pero el ritmo sí era de caza mayor balompédica. Las ocasiones bilbaínas suponían más amago que golpe, no sin poner en alguna un suspiro en el cogote a la parroquia de Villamarín.
La leyenda y el regresado
Pellegrini refrescó el look con el fondo de armario. Dio entrada a Willian José, Ruibal, Joaquín y Juanmi, La leyenda y el regresado de su larga lesión coparon los aplausos mientras trataban de instaurarse en lanza para atinarle a los leones. El cazador lanceaba y el león rugía. Y viceversa. Apenas hubo respiro en un tramo final trepidante de pelea por tres puntos de oro en la lucha por los puestos de Champions.
Los cambios no dieron el esperado aire fresco y casi lo tuvo más cerca el Athletic que el propio Betis, aunque la última tuvo color local en una falta de Willian José. Pero Luiz Felipe siguió en plan coloso. Tanto que su hipermotivación le llevó a hacer una fea entrada a Muniain que el árbitro castigó con roja directa. Ahí, algunos jugadores del Athletic fueron a recriminarle y luego lo hizo Valverde cuando el central iba camino del vestuario.
No llegó a armarse el Belén, pero casi. Por fortuna, sólo quedó en un par de minutos de tensión que no afeó un trepidante encuentro entre dos valientes contendientes. Aun sin la victoria, la vida sigue igual de bien para el Betis, que afronta un nuevo año con la ilusión redoblada por el buen 2022.
