El momento más duro en la vida de Rodri: "Me sentía solo e iba a ir a peor"

La de Rodri Sánchez es la demostración de que el fútbol brinda siempre una nueva oportunidad. Un deporte tan fantástico como injusto, que un día te brinda las mieles más dulces del éxito y al siguiente te tira a la lona. Te golpea, ajusticia y asfixia. Un espectáculo en el que no es todo oro lo que reluce y que guarda tras sí un sinfín de historias particulares. Sacrificio, entrega y hasta una pizca de suerte para que todo salga bien. Porque no siempre la historia acaba con final feliz. A veces -muchas- hay que recorrer un camino plagado de obstáculos para saborear el fin esperado.

Así se desgrana el relato de Rodri Sánchez, un chico que no lo tuvo fácil para llegar a la élite. Y es que desde muy pequeño se tuvo que buscar la vida. El jugador decidió probar fortuna con el Real Madrid y de ahí pasó al Atlético. "Eran todos los días 400 kilómetros entre ida y vuelta, tres días a la semana. Ya no es solo económico, es tiempo también, que mis padres saliesen horas antes del trabajo para poder llevarme..."

Sus padres hicieron ese esfuerzo para que su hijo pudiese luchar por su sueño, algo que el jugador agradecerá de por vida. "Pasaba hora con tus padres y tu familia en el coche, estudiando, el sacrificio es importante y se sacó algo bonito", relata Rodri Sánchez. Entre tanto pasó por las canteras de Espanyol, FC Barcelona y Deportivo de la Coruña... pero algo se frustró en Galicia.

Rodri dijo "basta"

Ahí, en el Dépor, algo cambió: "Me sentía solo, porque me quedaba en la residencia solo muchos findes semana. Era pequeño y me costaba. Hubo una decisión entre mis padres y yo. Yo no estaba a gusto, iba a ir a peor y decidimos volver al pueblo. Disfrutar y volverme a reenganchar de todo, del fútbol, amigos, felicidad... Es un chute de adrenalina", desvelaba en su entrevista para los medios de la Selección.

Fue entonces cuando llegó la llamada del Betis, aunque en un principio no fue posible: "En enero bajé (a Talayuela) y en marzo me llama el Betis para hacer unas pruebas, porque ya me habían seguido de años anteriores. Fui a hacer una prueba, les gusté y me dijeron que ya me quedase allí... pero era precipitado porque otro cambio en mi vida iba a ser muy duro para mí. Venía de A Coruña de haberlo pasado mal y necesitaba estar con mis amigos y mi familia en casa. Les dije que no, que para ese tiempo no iba a estar bien y que me iría al próximo año si me llamaban".

El Betis le 'cambió' la vida

Y desde entonces no paró de crecer. Una eclosión vertiginosa hasta despertar la atención de Manuel Pellegrini, quien dijo de él que sería "el futuro talento" del Betis. A sus espaldas atesora ya 75 partidos en la élite, cuatro goles, diez asistencias, un título de Copa del Rey y experiencia continental. Pero lo mejor es su margen de crecimiento.

No obstante, el jugador no olvida el pasado y manda un mensaje claro: "A los niños hay que dejarlos vivir, disfrutar, estudiar... Para los padres es muy importantes que a los niños los dejen seguir, que ellos seguro son felices por sus hijos. En la selección intento dar lo máximo, quiero ser de lo mejor para que el míster esté contento y vuelva feliz, que es lo más importante