Pellegrini 'presiona' usando a Aitor Ruibal como delantero centro

Nada en el fútbol es casualidad y la decisión que tomó Manuel Pellegrini esta madrugada, mucho menos. El técnico, ante la falta de efectivos, salió de inicio frente al Manchester United con Aitor Ruibal de delantero. Una posición que desempeó en sus inicios pero que prácticamente no ha usado desde su regreso al primer equipo del Real Betis. Sin delanteros naturales disponibles, y a expensas de nuevos refuerzos, el entrenador, sabio como el que más y curtido en mil batallas, lanzó un mensaje a navegantes. Al equipo le falta un 9.

Esa fue la decisión que tomó el ingeniero en su último amistoso en EEUU. Borja Iglesias y Willian José se han ido. A Cedric Bakambu no se le espera hasta septiembre y al Chimy Ávila le falta ritmo después de la lesión. Esa serie de ingredientes fueron metidos en su coctelera, en lo que pareció ser un mensaje claro al club.

Hace unos días comentó que el Betis necesitaba "fichajes en algunas posiciones" y uno de los flancos marcados en rojo (o en verde) es la delantera. A día de hoy el club se encuentra centrado en la búsqueda de un lateral izquierdo, sin dejar de lado la necesidad del punta. Hasta la fecha se han presentado ofertas por Datro Fofana (descartada) y Youssoufa Moukoko, que sigue valorando todos los escenarios. Aun así, el club no podrá hacer un movimiento de enjundia hasta que no se produzcan salidas. Eso es al menos lo que aseguró el presidente Ángel Haro. Un condicionante que obliga al entrenador a probar variantes.

Aitor Ruibal no se sintió cómodo

En lo que se refiere a Aitor Ruibal, estuvo inédito en la primera mitad. Literalmente, aunque sí que se le vio algo más tras el descanso. Volvió a sus inicios, jugando de punta. Una posición en la que se curtió en sus inicios, pero a la que -como es lógico- no está habituado. Eso se notó.

Intentó achicar en la presión y pedirla constantemente, pero entre la poca posesión del Betis y su deshábito en ese rol le hicieron desaparecer. En la segunda mitad, con un Betis más protagonista, se asoció mucho más con sus compañeros y participó en varias de peligro, aunque no tuviese opciones de cara a portería.

Sea como fuere, demuestra que es una carta recurrente para Pellegrini, que también lo ha utilizado como extremo y lateral. Argumentos más que suficientes para que el Real Betis haya cerrado su renovación, como adelantó ElDesmarque, y extenderá su contrato tres años más.

La entidad ha querido premiar la regularidad que el catalán ha ofrecido todos estos años, alargando su vínculo y mejorando ciertamente sus emolumentos. Aitor Ruibal percibía el mismo salario desde hace tres años, cuando estableció su actual contrato.

"Sí, prácticamente la renovación está a punto de consumarse, faltan algunos pequeños flecos, estamos muy contentos de poder ultimarla porque consideramos que Aitor es un jugador muy importante para el Betis tanto dentro como fuera del terreno de juego", decía Manu Fajardo en la presentación de Diego Llorente.

Feliz en el Betis

Una apuesta segura para las dos partes. Aunque mejore su salario, seguirá sin generar muchos quebraderos para el límite salarial. Él es feliz en Heliópolis, es de los compañeros más queridos por el vestuario, tiene su vida aquí y no ha puesto muchas trabas.

Desde su regreso a Heliópolis, Aitor Ruibal ha sido un argumento usual para los entrenadores, cobrando especial importancia de la mano de Manuel Pellegrini. El Real Betis es el club que ha marcado su carrera, habiendo participado en 130 encuentros, aportando ocho goles y nueve asistencias al equipo. Aunque originariamente partía como extremo, las necesidades de la plantilla lo han reconvertido en lateral durante los últimos años, una posición en la que siempre cumple con nota.

Esta última ha sido una de las campañas más fructíferas para el ahora lateral. Son tres goles y cuatro asistencias las que ha acumulado. Sin el cartel de otros, siempre resulta ser un argumento fiable. Una carta más que recurrida por Manuel Pellegrini, quien ve en Aitor Ruibal ese futbolista seguro y un elemento fundamental para el buen funcionamiento del vestuario.