Juan Bautista 'Chamba', un 'Ironman' muy unido a Miki Roqué: "Él me enseñó a entender la vida"
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"Cada vez que cierro los ojos está él hablándome"
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"Quería que le recordásemos con una sonrisa"
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El próximo 24 de junio se cumplirán trece años del trágico adiós de Miki Roqué. Un ejemplo de sacrificio que nos regaló una lección de vida, demostrando que a los obstáculos se les combate con una sonrisa. Cada domingo su nombre sigue retumbando en las entrañas del Benito Villamarín, pues dicen los más cercanos a él que pocos futbolistas con tanta humildad pasaron por las filas del Real Betis. Uno de los que mejor lo conocía es Juan Bautista, más conocido como Chamba, quien se inspiró en el catalán para superarse a sí mismo.
Chamba se define como "un apasionado de la vida" aunque sus logros lo convierten en uno de los mejores del planeta en su disciplina. Se convirtió en la primera persona en el mundo que finalizó cuatro pruebas de ultra resistencia consecutivas, subiéndose al podio en cada una de ellas. Este onubense de nacimiento puede presumir de los 25 deportistas seleccionados para las pruebas de resistencia física más dura del mundo. El Ironman.
Un ejemplo claro de que si se quiere, se puede. Chamba lleva en estas lides desde 2011, cuando se tomó el ejercicio extremo como un reto de vida. "Yo jugaba al fútbol y creía que me iba a morir jugando. Una noticia que me llega de un compañero me hizo empezar. Él era Miki Roqué", relata en su entrevista para ElDesmarque.
Miki Roqué, "más que un hermano"
Juan Bautista, Chamba, forjó su amistad con Miki Roqué en el Real Betis, cuando por entonces el onubense venía de ejercer como preparador físico en prácticamente todas las categorías del club.
"Es más que un hermano, cada vez que cierro los ojos está él hablándome. En cada prueba está él dándome aliento. Su número está en mis prendas, en la que él me regala cuando debuta en Copa del Rey. Lo guardo como algo que me ayuda, todos tenemos momentos malos. Él me enseñó que van a ayudar y tienes que superarlos, no evadirlos. Lo recuerdo cada día", relata nuestro protagonista.
Y es que entre los dos 'pactaron' seguir luchando. "Fue el que me enseñó a entender la vida y me dio la oportunidad de conocerme a mí mismo y saber dónde puedo llegar. Todo empezó cuando en marzo de 2011 le diagnostican un cáncer. Tenía mucha relación con él cuando llegó al Betis. En el 2011, cuando estaba en las puertas del primer equipo, se lo detectan".
Fue ahí cuando Chamba decidió buscar una motivación extra: "Fue para motivarle a luchar y hacerle ver que merecía la pena estar vivo a pesar de esta maldita enfermedad. Iba a hacer todo lo posible por motivarlo. Iba a terminar una prueba extrema a cambio de que él se levantara todo los días con ganas de luchar, positivo. Y así fue".
La fuerza extra que brinda un amigo
"El 11 de junio me fui a la fuga de Alcatraz. Hasta Gordillo dudaba que pudiera salir de esa cárcel. Cuando consigo cruzar la meta fue la recompensa más grande. Fue el mejor orgasmo más grande de mi vida. Llegué a Sevilla y le dije que tenía que seguir luchando", relata.
Chamba recoge ahora el legado que intentó dejar por siempre Miki Roqué, del que se acuerda cada día: "La siguiente prueba a cuando ya él no estaba fue en Lanzarote y usé su prenda. Su madre me dejó su bufanda, con la que dio la rueda de prensa. Yo siempre lo agradecí. Le dijeron por la mañana lo que tenía y a las pocas horas estaba en sala de prensa. La guardo con mucho cariño, todavía tiene su olor. Miro al cielo en cada prueba y pienso que esto es por él, gracias a él. Es imposible explicarlo"
Y cada 24 de junio mira al cielo para agradecerle: "Es un día especial y con Olga y su hermana, con las que más hablo, le tenemos que dar gracias a la vida. Cuando le diagnosticaron el cáncer fue cuando entendió que no hay que tenerle miedo a la vida. Iba a luchar hasta que tuviera fuerzas y quería que siempre le recordásemos con una sonrisa. No llorándole. El crono paró muy pronto en su vida. Nos dan un reloj de arena que empieza a contar y yo le doy las gracias, porque nos enseñó a entender la vida. Todos los días me levanto, pongo el pie en el suelo e intento seguir completando mi puzle".
Por siempre en su memoria... y en la piel
La lucha no quedó en vano y demostró que la muerte no es el final: "(Cuando falleción) fue algo súper especial, de alegría y tristeza. Llamé a su madre y le dije que el legado que me dejó Miki no iba a cambiar. La lección de vida que me dio no la iba a olvidar nunca. A partir de ese día Miki iba a estar con nosotros. Me trasmitió muchos valores de constancia, quería ser sólido y era una lucha continua".
Chamba, que lleva un tatuaje inspirado en el exfutbolista, seguirá abanderando mientras tenga fuerzas todo lo que enseñó Miki Roqué: "Siempre estará con nosotros. Cuando hablo con su familia lo recordamos así, de influyente. Las personas se van de forma física pero nunca de nuestro lado. Es súper importante para mí. Llegó a mi vida sin ser nadie y era muy tímido. Es más que un hermano. Cada vez que cierro los ojos está él hablándome y diciéndome cosas".