Los siete trances resueltos del Real Madrid campeón

El Real Madrid ha conquistado su 33ª Liga tras la victoria en La Rosaleda con el gran ambiente dentro del vestuario blanco como una de las claves en el éxito del equipo esta temporada.

 
Hasta en siete ocasiones, según publica El País, entrenador y capitán del equipo, Zinedine Zidane y Sergio Ramos, tuvieron que salir al paso para cerrar los problemas que pudieran enturbiar la piña dentro del vestuario. Siete momentos en los que se supo reconducir la situación para mantener la base de un equipo campeón.


El primero de todos llegó antes de comenzar la temporada, con Cristiano Ronaldo renqueante después de marcharse lesionado de la final de la Eurocopa que terminaría llevándose Portugal. Entonces, Zidane pudo convencer al futbolista portugués para que esta temporada no lo jugase todo, y así llegara fresco al tramo final de temporada, donde en años anteriores había estado fundido.
Cristiano aceptó, e incluso se incorporó más tarde al equipo allá por el mes de septiembre. El luso ha bajado su número de goles totales esta campaña, pero compensa al comprobar sus actuaciones en los partidos clave: hat trick en las victorias en la final del Mundial de Clubes, el 0-3 del Vicente Calderón en Liga, los cinco al Bayern en cuartos de final de Champions, los tres al Atlético en la ida de semifinales o los cinco en los tres últimos partidos ligueros.


El mayor problema que surge al tener una plantilla larga con tantos jugadores de calidad es que algunos jugadores disputan menos minutos de los que podrían tener en un principio. Uno de los mayores damnificados ha sido James Rodríguez, titular en casi cualquier equipo del mundo.
El colombiano apareció con semblante serio tras la conquista del Mundial de Clubes de Japón y dejó caer que se estaba pensando abandonar el club. Sergio Ramos y Zinedine Zidane le respondieron públicamente recriminándole que era momento de pensar en el equipo, y al final, James aceptó su rol de suplente para ser igualmente importante en partidos del tramo final de la campaña.


El Real Madrid perdió ante el Sevilla en Liga su invicto después de 40 partidos sin conocer la derrota, todo un récord del fútbol español. Sin embargo, la derrota en el Sánchez Pizjuán y la eliminación copera frente al Celta en cuartos de final sembraron dudas en el equipo, con el recuerdo aún del bajón dos años antes con Ancelotti a los mandos.
La actuación de Zidane ahí fue clave. Lejos de abroncar a sus futbolistas después de las dos derrotas, el técnico galo optó por la tranquilidad y la prudencia, remarcando un mayor trabajo táctico y ejerciendo de psicólogo para evitar agobios en los jugadores, con vistas al miedo a perder la primera posición liguera.


Precisamente, en esa campaña 2014/15 con Ancelotti, el bajón físico fue una de las claves por las que el Real Madrid terminó la temporada en blanco, con lesiones de futbolistas clave como Modric, Bale o Marcelo que impidieron tener continuidad. Zidane, discípulo de 'Carletto', no quiso que su equipo pasara por lo mismo.
Nada más terminar el Mundialito en Japón concedió unos días de descanso a sus jugadores antes de comenzar una corta pretemporada que devolviera el tono físico a sus futbolistas y les preparara de cara a un final de temporada en el que las piernas podrían fallar. Nada de eso, salvo lesiones puntuales de Bale, Varane o Carvajal, las rotaciones del francés han permitido que el equipo supere físicamente a sus rivales en los últimos partidos.


El vestuario es una piña, y lo ha sido durante toda la temporada. El grupo que forman los jugadores está fuera de toda duda, y esta vez no ha habido que buscar un enemigo externo para que los futbolistas estén todos a una. El buen rollo ha sido algo común durante toda la campaña. 
Existen grupos dentro del vestuario que no tienen nada que ver con los 'clanes' de antaño, ya que la comunicación entre todos es total. No hay más que ver las celebraciones de los goles o en el vestuario tras los partidos, en los que se todos se abrazan con todos aunque los españoles, los portugueses o los croatas con Bale puedan tener más relación fuera del campo.


La derrota en el Clásico frente al Barcelona, en el que los culés se ponían líderes (aunque el Real Madrid tuviese un partido menos) no hizo decaer los ánimos en el vestuario. Ni siquiera la actuación de Messi en el Santiago Bernabéu disminuyó un ápice la confianza de unos jugadores que siempre tuvieron claro que iban a por la Liga.
A partir de ahí, todos los partidos se tradujeron en victorias salvo la derrota en el Vicente Calderón en la vuelta de Champions que no influyó para nada en la eliminatoria. Tanto el 'Equipo A' como el 'Equipo B' supieron sacar adelante sus respectivos partidos, y la mezcla de ellos ha dado lugar a la conquista del título en La Rosaleda.


Desde que Iker Casillas saliese del club en 2015, Sergio Ramos tomó los mandos del vestuario como capitán, y esta Liga ha sido la primera que ha levantado el central sevillano. A sus 31 años, su madridismo está fuera de toda duda, y ha sabido aportar más que sus goles decisivos de cabeza, que han salvado esta campaña partidos como el del Camp Nou o el del Deportivo.
El camero tiene comunicación individual con todos los jugadores de la plantilla, y ha sabido usar esta cercanía para solventar problemas antes de que estos siquiera llegaran a salir a la luz. También con Zidane y Florentino Pérez, su confianza es total, como se demostró en la celebración de la última Champions League.