Fueron a por el empate y lo consiguieron

El derbi entre Atlético de Madrid y Real Madrid apuntaba a ser un partido cerrado, con pocas ocasiones y goles. Y el 0-0 final refleja que ni uno ni otro equipo dieron por malo el empate después de todo.

Antes del partido, el Wanda Metropolitano homenajeó a uno de los grandes goleadores en la historia de LaLiga Santander. Diego Forlán se llevó el cariño de la que fue su afición y esa fue la vez que más cerca se estuvo en el estadio rojiblanco de ver goles.

Porque Atlético y Real Madrid salieron con dos equipos muy sólidos, en los que los espacios dejados por la presión alta eran los únicos detalles que se escapaban del guión preparado por los entrenadores.

Zidane debía reparar el destrozo del equipo colchonero en el derbi de pretemporada. Ese 7-3 en el partido disputado en Miami dolió mucho en la afición madridista y el técnico tomó nota. Del doble pivote Kroos-Modric en el Hard Rock Stadium pasó a Casemiro y Fede Valverde acompañando al alemán.

La presencia del charrúa fue la gran novedad del partido junto a la de Vitolo por parte atlética. El canario convenció a Simeone sólo 45 minutos, ya que terminaría saliendo en el descanso en lugar del otro revulsivo habitual, Correa.

Joao Félix y Hazard también dejaron en tablas su particular derbi, dejando la sensación de que pueden y deben dar mucho más

No apareció Vitolo porque todo el juego de la primera mitad pasó por la otra banda. Desde ahí llegó la ocasión más clara de los 45 minutos de inicio, con un disparo de Joao Félix en un balón en el que le ganó la espalda a la defensa merengue.

El portugués, junto a Eden Hazard, eran protagonistas en la previa. Las dos estrellas afrontaban su primer derbi sin llegar a poner su sello. Ambos intentaron romper por dentro, pero estaban muy vigilados por las defensas rivales.

Un par de internadas de Trippier y una volea de Kroos que despejó Oblak fueron las acciones más destacadas antes del intermedio.

La segunda arrancó con un ritmo más alto, aunque el partido seguía sin romperse. Correa, nada más entrar, aprovechó uno de los pocos huecos en la defensa del Real Madrid para cabecear desviado. Fue de lo poco que cambió el argentino sobre el campo.

La reanudación le vino bien a los de Zidane, que comenzaron a llegar con más intensidad. También fue clave ahí la entrada de Luka Modric, al igual que el paso de Saúl al lateral zurdo le dio más amplitud al juego del Atlético.

Pasado el minuto 70, el desgaste comenzó a dejar ocasiones en uno y otro lado. Un cabezazo de Saúl pasó rozando el larguero y otro de Benzema dejó un paradón de Oblak. De los pocos detalles brillantes de un partido demasiado gris.

Cada balón colgado al área suponía un susto, pero más por la sensación de que podía ser decisivo que por el peligro real. Marcos Llorente y James Rodríguez pusieron el morbo con sus salidas al campo, pero tampoco influyeron sobre el césped.

Con una patada de Thomas finalizó un derbi madrileño que no será recordado dentro de unos años. Un choque que pareció el partido de ida dentro de una eliminatoria en el que ambos se dejaron todo para la vuelta. Quizás ese partido del próximo mes de febrero sí resulte decisivo para los intereses de uno y otro equipo.