Thibaut Courtois sigue en la cuerda floja. Aunque no se le puede echar mucho en cara tras la derrota ante el Real Mallorca, lo cierto es que sí se le puede exigir mucho más. Porque fue fichado para ganar puntos por sí solo y decidir encuentros con sus estiradas, algo que aún no ha hecho. A pesar de no cometer errores de bulto, no es decisivo y no da sensación de seguridad.
No resulta muy complicado batirle, a lo que también hay que culpar a la defensa. Pero, sea como sea, Zinedine Zidane está perdiendo la paciencia con él y, si sigue en el cargo en junio, es muy probable que sea traspasado. Con él pueden hacer caja, antes de que su valor de mercado decaiga, y que llegue otro guardameta de garantías. Porque Alphonse Areola tampoco acaba de convencer.
Buscan un arquero que tenga la misma influencia que Marc-André ter Stegen en el Barça o Jan Oblak en el Atlético de Madrid. Y en las últimas semanas, ha ganado enteros una opción muy atractiva que juega en la Liga Santander. Se trata de Unai Simón, guardameta del Athletic Club, el segundo conjunto menos goleado, gracias, en parte, a él.
Pronto se espera que dé el salto a la absoluta como tercer portero, poniéndoselo complicado a Pau López.
Lo que será complicado, lógicamente, será sacarlo de la escuadra de Gaizka Garitano. Hace pocos meses renovaron su contrato y le pusieron una cláusula de rescisión de 50 millones de euros.
Sabemos que los vascos no negocian por sus estrellas y se remiten al pago íntegro de su cláusula. Pero Florentino Pérez confía en que una oferta de entre 30 y 35 ‘kilos’ acabe solucionando el asunto.
Caso abierto.