1-2, m. 83: De Bruyne.
Guardiola examina la reconstrucción
Pep Guardiola, considerado por Zinedine Zidane el "mejor entrenador del mundo", examina la reconstrucción del Real Madrid con el regreso del técnico francés, con una obra en el Manchester City sin acabar a falta de una Liga de Campeones, objetivo complejo ante la sanción de dos años sin jugar la competición y con el gran duelo ante el dominador del torneo.
Real Madrid contra Manchester City o el primer cara a cara de Zidane con quien considera un genio. Es la nobleza del técnico francés, el único que ha ganado tres Ligas de Campeones consecutivas y pone por la nubes a un eterno rival del madridismo. Sin mirar los colores. Atendiendo únicamente a sus conocimientos. Su pulso engrandece un duelo ya de por sí de altos vuelos, de los más bellos que se pueden ver en el viejo continente. El rey de la 'Champions' ante un eterno aspirante.
Con el 2-6 de Guardiola en el Santiago Bernabéu en el recuerdo y solo una derrota del técnico catalán en el territorio madridista. Pero también con la exhibición de los "atletas" como definió Pep el fútbol de un Real Madrid que lo atropelló cuando dirigía al Bayern endosándole cuatro en su casa. Con Zidane de ayudante de Carlo Ancelotti. La batalla táctica promete emociones fuertes con un Real Madrid afectado por la recaída de Eden Hazard en su grave lesión.
Debe recuperar la magia de las grandes noches el madridismo en el estadio Santiago Bernabéu. Es por donde se ha comenzado a escapar la autoridad de una competición que dominaba. Alejado de la firmeza y el respeto que infundía. Solo tres triunfos en los nueve últimos partidos de local en competición europea y la pesadilla de hace un año ante el Ajax (1-4) cuando de golpe, en una semana, perdió todo por lo que peleaba.
Es la amenaza que sobrevuela el Bernabéu en el presente de nuevo. Tras ceder el liderato liguero al Barcelona por una inesperada racha de un punto de los seis últimos, con empate ante el Celta y derrota frente al Levante en la antesala del clásico. Sumado a los cuatro goles de la Real Sociedad en el coliseo de la Castellana para consumar la eliminación copera, instala la duda en un Real Madrid que está obligado a crecerse en las dos grandes citas que le esperan en una semana decisiva.
Su irregular fase de grupos, condicionada desde el inicio por la derrota en el Parque de los Príncipes ante el PSG y el empate ante el Brujas del Bernabéu, provocó acudir al sorteo como segundo y quedar emparejado con un equipo que nadie quiere de rival. Zidane debe recuperar la firmeza defensiva perdida en los últimos partidos y reencontrar la puntería. Karim Benzema como máximo referente. Ni un solo gol en cuatro partidos, apenas dos dianas en sus doce últimos encuentros.
Busca fórmulas el técnico madridista que debe decidir si regresar a la fórmula de cinco centrocampistas con la que conquistó la Supercopa de España o atacar con más delanteros al City. Su equipo está definido hasta la zona de ataque. Con la novedad de Ferland Mendy en el lateral izquierdo por Marcelo, el regreso al centro del campo de Fede Valverde tras su paternidad. La búsqueda de gol pasa por dar la titularidad a Gareth Bale. Merecida o inmerecida por su comportamiento, pero Zidane lo ha vuelto a intentar reenganchar al equipo poniéndole de inicio ante Osasuna y Celta. La principal duda por despejar es premiar el momento de Isco o mantener a Modric.
La eliminatoria ante el Real Madrid llega en el momento más complicado desde que el dinero árabe entró en Manchester hace más de diez años. La sanción de la UEFA, que impedirá al City, salvo cambio en la apelación, disputar competiciones europeas en los dos próximos años ha condicionado el futuro a corto plazo del equipo.
Un City que ha gobernado con puño de hierro los dos últimos años en Inglaterra, reclamando siete de los últimos ocho torneos domésticos y ganando la Premier con más de cien puntos, y que ha pegado un bajón esta temporada. Con la liga imposible, a 22 puntos del Liverpool, y vivos aún en la Copa de la Liga (jugarán la final este domingo) y la FA Cup, quiere dar un bofetazo a la UEFA y reinar por primera vez en Europa.
Lo intentará con un equipo muy poderoso en ataque y pobre en defensa. Todo lo bueno que tienen arriba, con Sergio Agüero, Bernardo Silva, Riyad Mahrez y Kevin de Bruyne, lo tienen de dudas en defensa, donde la vuelta de Aymeric Laporte (se perdió la primera parte de la temporada por una lesión) ha dado algo de vida a la línea de atrás.
A la falta de un lateral izquierdo de garantías, con la reconversión de Zinchenko y la poca continuidad de Benjamin Mendy, se une que Guardiola no tiene un central de confianza para acompañar a Laporte. John Stones está jugando poco y el veterano Nicolás Otamendi es la opción preferida del técnico español, que a veces ha optado por meter a Fernandinho en esa posición.
Todos estos condicionantes, en un equipo que ha gastado cientos de millones en defensas, han provocado que a estas alturas de la temporada el club de Mánchester haya encajado ya más goles que en toda la Premier pasada (29 por 23 goles), convirtiéndose en una escuadra mucho más vulnerable y que esta campaña ha caído dos veces con Manchester United y Wolverhampton Wanderers, además de Liverpool, Tottenham Hotspur y Norwich City.
Esa -la apatía defensiva- es una de las mayores debilidades de un City que en Europa esta temporada, fuera de casa, se mantiene invicto y ha cosechado triunfos en Donestk, ante el Shakhtar, y en Zagreb, ante el Dinamo, además de un empate contra el Atalanta.
En Mánchester se han intentado calmar los ánimos de la sanción, incidiendo en la estancia de Guardiola como entrenador, pase lo que pase, pero con los rumores recurrentes sobre qué ocurrirá con todos esos jugadores que querrán seguir jugando al máximo nivel en Europa. Mientras tanto, les recibe el rey de la competición.