Con la pretemporada en marcha, sin toda la plantilla al completo a las órdenes de Carlo Ancelotti, el técnico italiano, junto a la dirección deportiva del Real Madrid y a Florentino Pérez, deberá decidir el futuro de seis jugadores que regresaron de sus cesiones y que a menos de un mes del inicio de la temporada son una incógnita.
Es el caso de Gareth Bale, Takefusa Kubo, Martin Odegaard, Dani Ceballos, Jesús Vallejo y Luka Jovic. Sólo dos, Jovic y Odegaard, están a las órdenes del técnico italiano mientras espera el regreso del resto. Cada uno tiene su historia en otros equipos la pasada temporada e incluso en la anterior tras varias cesiones seguidas y pelearán por convencer a Ancelotti o, como mínimo, por conseguir un buen destino para el próximo curso. Así afronta lo que queda del verano cada una de las seis incógnitas blancas.
El jugador gales, con un salario anual neto de aproximadamente 15 millones de euros por temporada, termina contrato esta temporada con 32 años. Llegó al Real Madrid en el curso 2013/14 y fue de más a menos con momentos para el recuerdo como sus tantos en las finales de la UEFA Champions League y de la Copa del Rey al Barcelona. Pero, su irregularidad, sus lesiones, y su campaña errática en la 2019/20, provocaron su cesión al Tottenham.
En el club inglés no gozó de toda la continuidad que habría deseado. Intermitente en las alineaciones, participó en veinte partidos y anotó once goles. No llegó a convencer a José Mourinho y a Ryan Mason. Después, con Gales, alcanzó los octavos de final de la Eurocopa sin mucho brillo. Aún no ha vuelto a los entrenamientos y, si se queda, podría generar un problema en el Real Madrid, que con Vinícius, Militao y Rodrygo, sin contar a Kubo, ya tiene las tres plazas de extracomunitarios cubiertas.
En su segunda temporada consecutiva cedido, Takefusa Kubo no consiguió asentarse en ninguno de los dos equipos de los que formó parte. Primero, en el Villarreal, con Unai Emery, no consiguió asentarse en su once titular salvo en los partidos de la UEFA Europa League. Después, cambió de aires en el Getafe y con José Bordalás tampoco encontró la continuidad que ansiaba.
Sin embargo, apareció justo cuando el Getafe más necesitaba su calidad. En la penúltima jornada, con un golazo al Levante, dio la salvación matemática al cuadro azulón. En total, acumuló 37 partidos, sumó 1.490 minutos de experiencia y dos goles. Los Juegos Olímpicos de Tokio serán su mejor escaparate para, a sus 20 años, reivindicarse como un gran valor para el Real Madrid, que seguramente volverá a ceder a la promesa japonesa.
El joven central del Real Madrid es un caso parecido al de Kubo. Acumula cesión tras cesión sin conseguir dar el paso definitivo de asentarse en la primera plantilla del conjunto blanco. En total, suma cuatro desde que el club blanco le fichó en el curso 2015/16. Jugó en el Zaragoza, en el Eintracht, en el Wolverhampton y en el Granada desde el mercado de invierno del curso 2019/20 hasta el final del 2020/21.
En el club nazarí completó una temporada más que aceptable, con 26 titularidades y presencia en 37 partidos. Adquirió experiencia europea y se convirtió en un central solvente para el Granada. Ahora, desde Tokio, mientras prepara los Juegos, mira de reojo la confección de la plantilla. El futuro de Raphael Varane con su posible marcha en el aire más la salida de Sergio Ramos, dejarían a Ancelotti con tres jugadores que podrían jugar en el centro de la defensa: Militao, Alaba y Nacho. Vallejo, podría convertirse en el cuarto o salir cedido de nuevo.
Luka Jovic llegó al Real Madrid en el curso 2019/20 después de marcar 27 goles en el Eintracht Frankfurt. Se esperaba a un delantero diferente a Karim Benzema, con otras cualidades para aportar algo más de contundencia rematadora al conjunto blanco. Sin embargo, en su primer año en el Real Madrid y en el inicio del segundo, apenas dejó dos goles para el recuerdo. Por eso, fue cedido al Eintracht.
De nuevo en Alemania la mitad del curso pasado, Jovic apenas marcó cuatro tantos. Parece que ha olvidado su voracidad y su valoración económica ha bajado muchísimo. De los 63 millones que pagó el Real Madrid, ahora, según el portal Transfermarkt, valdría 20. Con 23 años, aún tiene margen de mejora y una venta muy por debajo de su compra no parece factible. Ya se entrena con Ancelotti y Jovic, si no llega otro delantero como Mbappé, podría quedarse, aunque otra cesión es una opción factible.
La calidad de Martin Odegaard es incuestionable y es una de las grandes apuestas de Florentino. Tiene a raudales. La enseñó hace dos temporadas en la Real Sociedad, donde acumuló su cuarto año cedido y dio un salto de calidad importante. Volvió al Real Madrid y ya se entrena con Ancelotti con la idea de asentarse en la primera plantilla, pero las lesiones no le permitieron lograr una continuidad muy complicada en uno de los mejores clubes del mundo. Por eso, en el mercado de invierno, se marchó cedido al Arsenal, donde enamoró a su entrenador, Mikel Arteta, que vería con buenos ojos la compra del noruego o ampliar su cesión.
Si se queda, tendrá una competencia dura. Isco, Hazard, Vinícius y Rodrygo en la zona más adelantada, pelearían con él por dos puestos junto a Benzema. Y, más atrás, Casemiro, Kroos, Modric y Valverde también son duros de pelar. Con 22 años y contrato hasta junio de 2023, tiene tiempo para salir y volver, aunque con un valor de mercado de 40 millones de euros podría ser una venta muy golosa para las arcas blancas.
Con un perfil similar al de Odegaard, también con contrato hasta 2023 y con un valor de mercado de 27 millones de euros, Dani Ceballos coincidió con el noruego en el Arsenal la temporada pasada (jugó 40 partidos, 25 de ellos titular y sin goles). En el cuadro londinense completó su segundo año consecutivo cedido en el Arsenal y todo parece indicar que no aceptará otro año fuera del Real Madrid a préstamo.
Más maduro que cuando aterrizó en el club blanco en la temporada 2017/18, Ceballos, como Vallejo y Kubo, tendrá en los Juegos Olímpicos de Tokio un escaparate perfecto para mostrar sus credenciales. El Real Madrid no diría que no a un buen traspaso y, salvo sorpresa, podría salir definitivamente del conjunto madridista para buscar un destino más definitivo.