Una dulce luna de miel
El Real Madrid se ha proclamado como nuevo campeón de LaLiga Santander 2021/22 este sábado, tras un increíble torneo de la mano de Carlo Ancelotti, el enamorado blanco que hizo dulce su eterna luna de miel.
Volvió sin hacer apenas ruido. Sin ser el favorito ni ser el que más polvo levantó. Volvió Carlo Ancelotti al Real Madrid este pasado verano como si de un remember clásico se tratase.
Las malas lenguas decían que las segundas partes nunca fueron buenas, pero obviaron que para Ancelotti, tras una primera etapa brillante, esto no era una segunda oportunidad, sino una bonita luna de miel.
"Estoy viviendo en el Madrid mi luna de miel y espero quedarme durante muchos años", decía el italiano allá por finales de septiembre al ser cuestionado por su nueva vida en el Bernabéu y su relación con Florentino Pérez. Todo parecía ser bonito.
De los problemas con Florentino al cúmulo de minutos
El camino no ha sido, ni mucho menos, sencillo para Ancelotti. El italiano volvió a su casa rodeado de rumores y críticas, con la sorna de que fue desperdiciado por Florentino y con la amenaza de que su relación era mínima con el presidente.
Las primeras semanas fueron un calvario de preguntas. Cada rueda de prensa reunía innumerables preguntas sobre la relación entre ambos, pero pronto, en cuanto el equipo comenzó a ganar sin parar, los problemas se trasladaron al campo.
Ancelotti demostró -y ha demostrado- que tenía a sus titularísimos, sumando, pocas veces, a algunos suplentes. Eso también fue razón para señalar y anunciar lo que nunca llegó: el equipo se caería antes de finalizar el curso.
La gestión irrepetible de Ancelotti con las estrellas olvidadas
Sus ruedas de prensa, sin embargo, no quedaron ahí. Su sonrisa eterna no se borraba ni cuando se intentaba desviar la atención con palabras de unos u otros, con excusas y críticas de exfutbolistas, o debates creados en el Camp Nou.
No se le borró la sonrisa ni cuando tuvo que hablar de Bale o Hazard. Las dos estrellas, que han firmado una pésima temporada, contaron con el respeto público de su entrenador en todas y cada una de sus apariciones, sin embargo, el italiano siempre les dejó clara su situación: o cambiaban ellos, o no tenían sitio en sus planes.
Ancelotti ganó LaLiga contra las malas relaciones, contra la acumulación interminable de minutos, contra los debates, las peleas externas y el bajísimo rendimiento de dos hombres que podrían haber hecho todo más fácil.
Ese es Ancelotti, el campeón de LaLiga Santander, el hombre que ha hecho dulce, muy dulce, su luna de miel con el Real Madrid.