El PSG y Mbappé continúan la guerra mediática: menos tiempo, más pérdidas

La relación entre Kylian Mbappé y el PSG es totalmente insostenible. A falta de tres días para que el conjunto francés arranque la temporada, el delantero parisino sigue apartado del grupo de Luis Enrique mientras el futbolista se toma con humor todo los ataque que sufre del club, la plantilla y los aficionados. Mientras el Real Madrid sigue siendo espectador de todo este culebrón, cada día que pasa es un negocio redondo para Florentino Pérez y un desastre para las otras dos partes.

Al Khelaifi y el PSG, sin estrella y cada vez más barata

La estrategia de Al Khelaifi sigue sin haber dado sus frutos desde que decidió que no volverá a jugar un partido con el PSG. Quedó fuera de la gira de pretemporada en Japón para entrenar con el grupo de los "no deseados". Sin embargo, el tiempo es el peor enemigo del club.

Sin su estrella en el campo, el equipo no solo pierde su jugador más determinante, sino que además cae su fuerza mediática a nivel de espectadores y patrocinadores. Los ejemplos han sido los rumores de la retirada de sus camisetas y su imagen en el Parque de los Príncipes. Todo ello se trata de un ataque constante al jugador que ni se inmuta a todo el ruido que está provocando su club.

Con ello, cada día que pasa supone menos exigencias al club blanco en caso de que alcance un acuerdo con Mbappé y se decide a fijar un precio definitivo. La directiva francesa quiere firmar el traspaso más caro de la historia pero el tiempo corre a favor del Real Madrid ya que, a menos tiempo del cierre de mercado, más barata saldrá la venta.

Mbappé y una temporada insufrible si cumple su palabra

En el lado de Kylian también será fácil si no separa su camino del Parque de los Príncipes. Además de arriesgarse a estar todo el año en la grada y perder rendimiento de cara a la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, se espera una convivencia muy hostil con los aficionados y los ultras parisinos.

Un sector piensa en que no siente ningún aprecio por el club que le dio la oportunidad de crecer y que solo quiere más dinero en vez de liderar un grupo que lleva años persiguiendo el sueño de ganar la Champions League. Su idea siempre ha sido la misma: cumplir contrato para cobrar su salario de 72 millones de euros y otros 80 de la prima de fidelidad.

Con el 31 de agosto como límite para fichar por otro equipo, el Real Madrid confía en que pronto llegarán a un acuerdo beneficioso para ambas partes y zanjar un sinvivir que no está beneficiando a nadie. Al Khelaifi sigue creyendo que Mbappé tiene un acuerdo en 2024 y, cuántos más días pasan, el nerviosismo crece.