Grandes sensaciones en un Tartiere que reparte los puntos

Duelo de dos equipos a los que les gusta jugar, que da buena fe de la intensidad y la igualdad de condiciones de la Liga Adelante, y deja al Real Oviedo como un rival a tener en cuenta en casa, al que no le queda ni mucho menos grande la categoría.

El Real Oviedo volvía al fútbol profesional, y lo hacía en casa, ante casi 14.000 espectadores. Para la ocasión, y a falta de las nuevas camisetas que ha diseñado Hummel, el club carbayón eligió la equipación sencilla con la que inició pretemporada en Grado, frente al combinado AFE, para disputar el partido. Se trata de la camiseta provisional que lució el equipo entonces, la misma que encandiló a la afición y que ahora se vende como línea 'low cost' de la marca a falta de que llegue la oficial, que no ha estado lista para la cita debido a “un contratiempo en la lógística del desplazamiento”.
En los minutos previos al incio del partido, la Orquesta Filarmónica de Oviedo tocó la melodía de Star Wars y el himno del conjunto carbayón, en una adaptación a cuatro voces hecha por su director, Marzio Conti, con el fin de homenajear al equipo por su trabajado ascenso y vuelta a la LFP.
Los dos equipos sabían lo que se jugaban y dedicaron los primeros minutos de juego a tantearse e intentar hacerse con el control del centro del campo. El CD Lugo dio un paso más y, tras rozar el gol con un remate de cabeza de Pita, el mismo jugador volvería a intentarlo más tarde con un disparo imparable, desde la frontal del área, ante el que nada pudo hacer Esteban y puso a los lucenses por delante.
Pocos minutos después el Oviedo consiguió poner las tablas en el marcador, evitando así que el ir por detrás en el marcador lastrara su juego. Los de Egea ya habían jugado con un gol en contra en pretemporada, por lo que la situación no superó al equipo y apenas tuvo oportunidad, en la siguiente jugada, empató el encuentro. Susaeta ejecuta a la perfección una falta lateral y Vila cabecea de primeras batiendo por alto a Jose Juan y envíando el balón al fondo de las mallas. El Tartiere estalló de jubilo ante el gol que suponía volver a empezar cuando apenas se llevaban veinte minutos de partido jugados.
El CD Lugo mostró su gusto por conducir la pelota y hacer sufrir al rival privándole de la posesión, pero la presión de los azules en defensa hizo que los lucenses cometieran errores en los pases por lo que el Oviedo pronto equilibró la posesión y puso en funcionamiento su juego, algo más vertical que el del equipo visitante.
El Oviedo tendría ocasión para ponerse por delante tras un remate al palo de David Fernández. El central cabeceó a la perfección un gran centro de Susaeta, que volvió a evidenciar su buen toque con otro balón lateral puesto a la cabeza de un compañero. Esteban estuvo también providencial, y salvó en línea de gol lo que pudo ser el tanto de la victoria del CD Lugo. Caballeró disparó abajo en el área pequeña, y el veterano portero sacó una mano en última instancia que evitó que la pelota entrara.
El Real Oviedo salió más ordenado y con mayor posesión de balón, pero se repitió el guión de la primera parte, y, cuando no se llevaban ni quince minutos jugados, el CD Lugo volvía a ponerse por delante en el marcador con un gol de Pablo Caballero, que remató un buen pase de Ferreiro desde la derecha.
Linares pudo empatar de nuevo el partido, pero tras librarse de dos defensores rojiblancos, su potente disparo se fue al larguero. Lo mismo ocurrió con Borja Valle, cuyo remate de cabeza en el área pequeña fue despejado por un defensa después de que Jose Juan no llegara al despeje.
El Oviedo siguió buscando el gol y lo encontró en una de las cosas que mejor sabe hacer: el contraataque. Hervías inició una jugada trenzada en la que Valle y Peña conducirían el balón hasta el área lucense, donde un letal Miguel Linares, remató con un disparo infranqueable poniendo el dos a dos en el marcador.
Reparto de puntos en un partido en el que el Oviedo mostró su potencial, dominando el juego en la segunda parte y acumulando ocasiones en el útimo tramo del partido. El Lugo tuvo que endurecer su juego para frenar las internadas de un gran Real Oviedo, al que el estadio llevó en volandas durante todo el encuentro. Buenas sensaciones en un Carlos Tartiere que volvió a disfrutar de la Segunda División doce años después.