El Oviedo prueba la dureza de la Segunda División

Más de mil aficionados se desplazaron hasta Vitoria para arropar al Real Oviedo en su primer partido como visitante. Un Oviedo sin pelota y sin ideas claudicó ante el despliegue táctico de un Alavés que encontró en Juli, Toquero y Guichón los elementos perfectos para hacerle daño al equipo de Sergio Egea y dominar el partido de principio a fin.

El encuentro ya no comenzó ni mucho menos como esperaban los oviedistas y es que, al igual que ocurriera en el debut liguero, el Oviedo comenzó perdiendo a los pocos minutos de partido.
Fernández enviaba el balón al fondo de las mallas de su propia portería en una acción con Juli y el Alavés se ponía por delante en el marcador cuando apenas se habían cumplido cinco minutos de partido. Tan sólo diez más necesitarían los de Bordalás para ampliar la diferencia y el tanto lo anotaría Pelegrín, que remató libre de marca en el área pequeña tras un córner.
El Alavés salió a por el partido y adelantó las líneas para presionar la salida de balón del Real Oviedo, táctica que dio sus frutos y le dio a los blanquiazules la llave del encuentro. El Oviedo se mostró impreciso y no acertó con los pases, por lo que su juego se limitó a los destellos de un acertado Susaeta o las acciones aisladas de Linares en punta. Una de ellas, en la que el delantero remató de cabeza y envió el balón dentro de la portería, fue anulada por falta sobre el defensa del Alavés.
Los hombres de Bordalás jugaron con mayor intensidad que el Oviedo y pusieron en muchos problemas a la defensa azul, ocupada hoy por Borja Gómez y Verdés, este último en lugar de David Fernández. Incluso pudo aumentar la distancia en el marcador con un balón atrás de Femenía, que recoge Guichón en la frontal del área y mete un pase largo al segundo palo que no alcanza a rematar Toquero.
Egea movió el banquillo en el descanso buscando verticalidad y velocidad, y dio entrada en el césped a Borja Valle y a Diego Aguirre, a los que tuvo calentando gran parte de la primera mitad. Ni con la presencia en el campo de los dos extremos el Oviedo consiguió generar juego peligroso en el primer tramo de reanudación. La colocación de los blanquiazules mantuvo a raya el despliegue oviedista, que continuaba volcado en defender su portería de los ataques y no en trabajar la salida de balón. Juli tuvo ocasión para marcar el tres a cero pero los reflejos de Esteban evitaron que el sorprendente remate del jugador en el área pequeña, se colara en la portería.
Los cambios comenzaron a funcionar con el paso de los minutos y el Oviedo dio un paso adelante. Los de Sergio Egea comenzaron a triangular mejor y alguna acción tuvieron para poner en aprietos a Pacheco, entre ellas alguna subida por banda de Aguirre, que no tuvo el mejor escenario para debutar. La tuvo Borja Gómez, que remató en carrera un gran pase en profundidad de Peña en la frontal del área, pero entre el meta y la defensa, despejaron el balón a córner.
El partido se cargó de tarjetas por la intensidad de los marcajes y el baremo puesto por el colegiado desde los primeros minutos de partido. El Alavés no dejó de llegar al área rival por lo que los esfuerzos del Real Oviedo por hacerse con la pelota e intentar recortar distancias fueron en vano. No les salió casi nada a los hombres de Sergio Egea, que cosechan su primera derrota frente a un Deportivo Alavés que hizo las cosas muy bien, neutralizando los puntos fuertes del Real Oviedo e imponiendo su juego al rival.