Otro descuento fatídico
El Real Oviedo cayó ante el Nástic, que llegaba colista en la tabla y estrenando entrenador. El partido deja múltiples lecturas, ya que sin ser un encuentro de un gran ritmo, sí que se dieron multitud de circunstancias significativas. El balón parado volvió a castigar a los azules que comenzaron perdiendo, consiguieron empatar e incluso pudieron ganar, antes de llevarse el mazazo sobre la bocina.
El Oviedo entró bien al partido, pero nuevamente la endeblez defensiva castigó a los azules. En la primera llegada, el Nástic penalizó. Un centro desde banda izquierda, que con tres centrales ninguno acierta a despejar acaba con Luis Suárez teniendo tiempo y espacio para realizar un quiebro en el área y sacando el disparo. Nuevamente los azules se encontraban por debajo en el marcador en la primera parte y con necesidad de remontar si querían sacar botín. Un botín que parecía cercano y posible, ya que al Nástic se le hacía daño con relativa facilidad.
Anquela no quiso tocar nada en el descanso, y volvió a esperar hasta que pasaron en torno a unos diez minutos. Cuando se pensaba en la apuesta por el 4-4-2, como ante Osasuna, el técnico retiró a los dos carrileros, borrando el sistema de cabecera en las últimas jornadas. El Oviedo ganó presencia arriba con Ibra y el juego pasó a ser más directo. Llegó el empate y el Oviedo parecía estar cómodo y en disposición de buscar la victoria, pero con espacios atrás que el Nástic podía castigar.
La expulsión de Folch frenó el ímpetu azul, aunque los azules no se replegaron a salvaguardar el punto y siguieron rondando la portería de Becerra. Pero nuevamente el balón parado en el descuento volvió a condenar y ya son dos puntos los que han volado del casillero de los azules de la misma manera en las dos últimas salidas. Albentosa pudo controlar y rematar en una falta desde casi el medio del campo con la línea defensiva muy adelantada. Nuevamente derrota en los minutos finales, en otro descuento fatídico.
