José Enrique Heres, el verdugo carbayón de Hugo Sánchez que 30 años después ejerce de taxista
5 de mayo de 1990. El Santiago Bernabéu acoge el enfrentamiento entre el Real Madrid y el Real Oviedo correspondiente a la última jornada de LaLiga Santander. El atacante blanco Hugo Sánchez, ya con el título de Pichichi en su poder al haber anotado 35 goles hasta el momento, necesitaba un hat-trick para alcanzar el récord histórico impuesto cuatro décadas antes por Telmo Zarra. Lo logró, pero también tuvo en su mano superarlo, aunque entonces se topó con un desconocido José Enrique Heres, que aquel día debutaba en la máxima competición nacional.
El primero de los goles de Hugo Sánchez llegaba desde el punto de penalti, en la primera mitad. En la reanudación volvió a ver puerta a los 27 segundos con un testarazo. Y recién superada la hora de partido conseguía el hat-trick al enviar al fondo de las mallas un pase de la muerte de Míchel que era medio gol. El reto de igualar al mítico Zarra estaba superado, y aún restaban 25 minutos para superarlo. Incluso gozó de cuatro grandes ocasiones en apenas unos pocos minutos, pero no fue capaz de superar a Sabino Zubeldia.
Aunque a 20 minutos para el final del partido, el técnico del Real Oviedo, Jabo Irureta, retiraba del terreno de juego al portero titular y capitán del conjunto carbayón para darle entrada a Heres, que debutaba en Primera en un día que jamás olvidará con la zamarra verde, pantalones largos y sin ni siquiera dorsal a la espalda. Los minutos se iban consumiendo y en la última jugada, una sublime acción personal de Hugo Sánchez en el área azul convirtió al portero gozoniego en el verdugo del ariete mexicano en una de las noches más importantes de su vida, al detener un disparo a bocajarro del azteca que habría supuesto su gol 39 y, de este modo, le habría permitido superar a Zarra.
En una entrevista al diario Excelsior, Heres recuerda aquel día: "Estaba frente a frente de quien era el delantero más temible de la Primera división. Entra Hugo al área y yo salgo a achicar la puerta, entonces con los pies desvío el balón, luego se acabó el partido. Y sí, con ese gol hubiera batido la marca de Zarra, son cosas del fútbol, en ese momento no lo sabía, me lo dijeron después del partido en la sala de prensa, pero sí, es una jugada anecdótica y creo que los mexicanos me guardarán un poco de rencor por esa acción", cuenta el exguardamera carbayón.
Y del mismo modo, recuerda lo que supuso aquel partido para él y cómo le ha cambiado la vida desde entonces: "Era el último partido, ya todo estaba definido e Irureta me dijo que me iba a dar unos minutos. Luego se acabó mi contrato, salí del Real Oviedo y regresé a la Segunda División. Me retiré dos años más tarde, a los 29. Ahora ya no tengo ningún contacto con el futbol, trabajo de taxista", sentenciaba.
