A mitad de camino para llevarse la gloria

El Real Oviedo se midió a la UD Las Palmas en el partido correspondiente a la jornada 15 de LaLiga SmartBank. Un encuentro que concluyó con un trabajado empate a un gol, donde los de Ziganda no pudieron mantener la ventaja conseguida en la primera parte.

El partido arrancó con los de Mel siendo dominadores de una posesión, sin que fuera determinante. El equipo amarillo es uno de los más dominan el balón, pero ello no molestaba a los de Ziganda, que esperaban bien agazapados a la espera de una contra.

Pero ante el caudal ofensivo que tienen los amarillos no se les podía tener mucha presencia en la zona de ataque, ya que los Kirian, Jesé y compañía no perdonan en la zona de ataque. Pero el que no perdonó fue Borja Bastón. Avisó Brugman, pero su disparo se marchó rozando la escuadra y un minuto después, Viti se fabricó un penalti para que el delantero carbayón pusiera el primero.

La mejor de la noticia en un inicio de partido complicado sin balón, pero que en el momento que lo tenían, los de Ziganda creaban ocasión de peligro. Borja Sánchez, tras un regalo de la defensa rival y tras un rechace, tuvo en sus botas el segundo. Pero sus sendos disparos no acertaron con la meta de Raúl Fernández. El partido se marchaba al descanso con ventaja carbayona.

Mismo guion carbayón en la segunda parte

Tras el paso por los vestuarios, Ziganda lo tenía claro. La primera ocasión, nada más arrancar la segunda parte, la tuvo Obeng. Sabía que tenía que ir a la guerra antes de que su rival tuviese el balón durante buena parte del tiempo. Esta vez le duró menos el balón a los de Mel.

Dicen que la mejor defensa es un buen ataque. De esta forma se defendieron los de Ziganda, que dieron un paso adelante y se acercaron a la meta de Raúl Fernández. Prueba de ello fue Borja Bastón. El jugador se fabricó una chilena que hubiera sido uno de los goles de la temporada si no llega a ser por Raúl Fernández.

Los cambios de Mel abrieron un hueco en rendija azul y clemente se metió en la zona derecha propia para poner un caramelo a Kirian e igualar el partido. Se convertía en un partido nuevo a 20 minutos. Le tocaba reaccionar a Ziganda, pero no encontró la manera de volver a encauzar el peligro en la meta rival.