El Real Oviedo se antepone a todas las adversidades para sumar un punto en El Alcoraz

Lesiones, sanciones, un expulsado y hasta un virus estomacal. A todas estas adversidades tuvo que enfrentarse este domingo el Real Oviedo en Huesca. Y con todo ello y un gran rival enfrente, consiguió sumar un punto al que, a la larga, se le dará mucho valor. Fue capaz de aguantar más de media hora con un hombre menos en un escenario muy complicado del que sale con parte del botín.

Pese a los múltiples cambios obligados, el Oviedo entró muy enchufado al partido y muy pronto disfrutó de una buena ocasión. La tuvo Obeng con un disparo lejano que repelió como pudo Andrés.

Poco a poco el Huesca fue tomándole el pulso al encuentro y en la primera que tuvo apareció Braat. Bretones y Obeng, junto a Sangalli y Viti, aportaron mucho en ataque y fueron poniendo cerco al área rival. Pero fue de las botas de Koba donde nació el 0-1. Asistió a Viti dentro del área, este cayó y el árbitro señaló penalti. El propio Koba lanzó la pena máxima y marcó para abrir el partido en el minuto 38.

Pero poco le duro la alegría al Oviedo. Lo que tardó Pulido, el autor del penalti, en sacarse de la manga una genialidad en forma de chilena que sorprendió a todos, a Braat el primero. Gran diana y vuelta a empezar. Poco más sucedería hasta que los protagonistas enfilaran el túnel de vestuarios.

La segunda parte no comenzó de la mejor forma posible. Al Oviedo le costaba llegar y el Huesca parecía el equipo que mejor fluía sobre el verde. Todo empeoró con la expulsión de Luismi tras una dura entrada por detrás que el árbitro revisó en el VAR para mostrarle la roja. Fue en ese momento cuando Cervera decidió tocar el banquillo. Quitó a Koba y metió a Mangel para aportar más músculo atrás.

Pese a todas las dificultades, el Oviedo se hizo grande y no se amilanó. Trato de buscar la portería de Andrés sin cometer demasiados riesgos y poquito a poco fue acercándose. También a base de jugadas a balón parado.

En la recta final, el Oviedo fue capaz de contemporizar, amansar el encuentro y terminar sumando un punto a tener muy en cuenta.