López Ufarte: "Un título con la Real es lo más grande"
El 27 de junio de 1987 la Real Sociedad ganó su último título oficial hasta la fecha en cuanto a la sección masculina se refiere, porque no hay que olvidar la Copa de la Reina del curso anterior. Hace 33 años un equipo formado por Arconada, Sagarzazu, López Rekarte, Larrañaga, Górriz, Gajate, Dadie, José Mari Bakero, Txiki Begiristain, Zamora (Mugika), López Ufarte (Martín Beguiristain), y con John Benjamin Toshack en el banquillo llenaba de júbilo Gipuzkoa.
En aquel partido disputado en La Romareda Roberto López Ufarte anotaba un gol en el 2-2 final que posteriormente dio paso a la tanda de penaltis que se llevaron los txuri urdin (4-2) frente al Atlético de Madrid. Con el 'pequeño diablo' hemos hablado en ElDesmarque Gipuzkoa para rescatar sus recuerdos de aquella Copa del Rey ahora que se acerca el partido de semifinales contra el Mirandés en Anduva.
- Más allá del título, ¿qué recuerdo viene a la cabeza al pensar en aquella final de 1987?
"Una alegría inmensa porque ganar un título es algo que no se da todos los días, de hecho han pasado 33 años y no ha vuelto a suceder. Un título para la Real es lo más grande que se pueda esperar porque no está el alcance todos los días. Sobre todo ahora con el Real Madrid y Barcelona, que tienen muchas más opciones por plantilla o presupuesto. La Real se tiene que defender con lo que hay. Creo que está haciendo un proyecto de futuro porque no hay que olvidar que es una de las plantillas más jóvenes de Primera División, y por lo tanto yo creo que la Real tiene futuro y seguramente estos jugadores seguirán creciendo. El tener un título en la espalda será grandioso para esa experiencia que se requiere en momentos puntuales".
- ¿Qué significó en lo personal haber marcado un gol en la final?
"La verdad es que era un partido difícil porque en aquel momento no éramos tan favoritos nosotros, lo era en principio el Atlético de Madrid. Pero a nosotros nos daba igual, no nos conformábamos porque nos veíamos capaces de ganar al Atlético de Madrid. De hecho el equipo salió y estaba convencido de que podía ganar a pesar de ser inferiores aparentemente en la prensa y en todo lo que se decía. Ese gol recuerdo que lo marqué tras un pase de espaldas de Bakero, un pase fantástico al hueco y ahí ya me encontré junto a Abel, que era el portero del Atlético, y se la elevé por encima con un golpe rápido fuerte, y eso fue una alegría desbordante".
- ¿Qué supuso ganar al Athletic en semifinales?
"Aquella semifinal previa contra el Athletic, que fue a doble partido, en casa empatamos a cero. Sin embargo después del partido estábamos convencidos de que íbamos a ganar en Bilbao y así fue. Ganamos en Bilbao 0-1, pero donde realmente ganamos la eliminatoria fue en Atocha, porque al final jugamos 9 contra 11 y el Athletic se conformaba con el empate. A nosotros nos venía bien también porque ya estábamos en inferioridad numérica, y por lo tanto una vez pasados los 90 minutos, en el vestuario estábamos convencidos de que íbamos a ganar este partido de vuelta".
"Poder llegar a una final es algo grandioso porque se moviliza toda la ciudad, todos los aficionados te paran y te hablan de la posibilidad de ganar la Copa, la ilusión que les lleva ir hasta Sevilla y poder ganar allí frente a cualquier rival porque te sientes capacitado para ello".
