La Real ya vivió una final de Copa abrasadora
En estos días han ido apareciendo diferentes informaciones sobre cuándo se retomaría la competición liguera así como sobre la fecha final para disputar la final de la Copa del Rey entre la Real Sociedad y el Athletic Club. La planificación más optimista que maneja LaLiga Santander es volver a jugar partidos el 6 de junio, dejando los 15 días anteriores a modo de pretemporada para los equipos. El campeonato acabaría el 31 de julio y la final de Copa quedaría para el día 5 de agosto, miércoles. Una fecha que obligaría a los dos equipos y a sus aficiones -siempre que se juegue a puerta abierta- a sufrir las altas temperaturas que se auguran para entonces en Sevilla.
El horno en que podría convertirse el estadio de La Cartuja el 5 de agosto nos lleva a rememorar el calor abrasador que sufrió la Real Sociedad y su hinchada el 27 de junio de 1987 en La Romareda, donde el conjunto txuri urdin alzó su primer y último trofeo de Copa tras vencer al Atlético de Madrid en la tanda de penaltis
Los jugadores de aquel equipo campeón dirigido por John Benjamin Toshack siempre recuerdan el infernal calor que pasaron en Zaragoza, con 30 grados de temperatura y una plaga de molestos mosquitos. Un sacrificio que tuvo una dulce recompensa.
El título de Copa se decidió a los penaltis después de que los 120 minutos reglamentarios, prórroga incluida, concluyeran con empate a dos (López Ufarte y Begiristain marcaron por parte realista, mientras que el uruguayo ‘Polilla’ Da Silva y Quique Rubio igualaron por dos veces el marcador).
En la tanda fatídica, Bakero marcó el primer gol de la tanda para la Real y Rubio respondió anotando para el Atlético. Mujika volvió a adelantar a los txuri urdin mientras que Da Silva lanzó fuera su penalti. El joven Martín Begiristain hizo el tercero, respondido por Landaburu que anotó para los colchoneros. Larrañaga marcó el cuarto para la Real y Arconada detuvo el lanzamiento de Quique Ramo desatando la apoteosis en La Romareda.
Aquella Copa puso la guinda a una generación irrepetible que había ganado dos títulos de Liga y una Supercopa. Un trofeo que la Real Sociedad espera reverdecer, 33 años después, en la final vasca de Sevilla.