La reflexión de Kodro sobre Ucrania y su recuerdo del pasado: "Al final vives en una tierra de nadie"
En la madrugada del pasado 24 de febrero estalló la guerra en Ucrania. Son ya 27 días de invasión rusa que han derivado hasta la fecha en casi 3,5 millones de refugiados que han salido del país. A diario se ven imágenes que impactan. Se escuchan noticias que hacen llevarse las manos a la cabeza. Pero también reconforta dentro de la desgracia que haya tantas muestras de solidaridad hacia estas personas que tienen que abandonar su país, su vida, para enfrentarse a un futuro más que incierto.
Meho Kodro sufrió una situación similar hace 31 años. El que fuera uno de los grandes goleadores de la historia de la Real Sociedad vivió en la distancia la guerra de los Balcanes y convivió con la angustia e incertidumbre de tener lejos a los suyos. Ocurrió a los pocos meses de llegar al conjunto txuri urdin (1991). Se calcula que en los enfrentamientos de la antigua Yugoslavia murieron más de 130.000 personas. Bosnia padeció uno de los episodios más trágicos. Por eso le es inevitable ponerse en la piel de los que sufren ahora y resalta la importancia de empatizar con el refugiado. El bosnioherzegovino nacido en Mostar atiende a ElDesmarque Gipuzkoa desde Suiza, donde entrena al FC Stade Lausanne-Ouchy de la segunda división suiza, y recuerda los viejos demonios de aquella etapa. Además hace hincapié en ayudar en la medida de lo posible a los ucranianos que están huyendo de su país.
"Estas situaciones se viven muy mal. Yo salí de Bosnia unos meses antes de empezar la guerra. Llegué a San Sebastián y después vinieron mis padres. Lo vivimos muy mal, con mucha pena, con el enfado por lo que ha pasado y sobre todo por la incertidumbre de qué va a pasar. Es un sinvivir. Tenía mucha familia y amigos allí, muchos compatriotas que vivían una situación insoportable, y en mi caso fueron unos tres años muy duros. Me imagino que las personas que están saliendo ahora de Ucrania, muchos emigrantes, lo están viviendo mal. Es una situación no deseable para nadie. Los que de alguna forma, directa o indirectamente, hemos vivido la guerra en la ex Yugoslavia, en mi caso en Bosnia, podemos sentir quizás más empatía hacia la gente que está pasando una situación complicada, compleja. Muy difícil".
El exfutbolista de la Real Sociedad reconoce al principio le costó mucho concentrarse en jugar por todo lo que estaba ocurriendo en su país. "Es muy difícil. Yo lo pasé verdaderamente mal durante los primeros meses. Pero hablando con mi familia nos planteamos que podía tener un problema si no me concentraba. Si había venido hasta aquí era para jugar. Tenía que concentrarme en lo que hacía para que el sufrimiento de las noticias que venían desde Bosnia no influyeran tanto en mi trabajo, en la convivencia con la familia. Pero no es fácil. En complicado incluso explicar la sensación que se vivió en aquellos años, sobre todo al principio. Hasta que uno no toma la decisión de intentar que no influya no es fácil".
Meho Kodro tenía una mezcla de sentimientos encontrados. Por un lado tenía el sufrimiento de lo que estaba ocurriendo en los Balcanes, y por otro se debía a un club. Así lo cuenta el bosnioherzegovino: "Se mezclan muchísimas cosas. Por un lado el ver lo que pasa en tu país y a tu gente cercana. Toda mi vida y lo que había tenido hasta hace pocos meses se había quedado atrás y se iba rompiendo a pedazos. Conocer el sufrimiento de los más cercanos producía mucha pena, pero yo por otro lado había llegado a San Sebastián y tenía una responsabilidad con el club, pero también una responsabilidad con la gente que tenía en casa. Al principio me desbordó todo y pasé dos meses malos. De alguna forma necesitaba concentrarme en el día a día para no dejarme llevar por la espiral negativa en la que habíamos estado, sobre todo al principio del conflicto".
Dentro de las duras imágenes que llegan de Ucrania y de las miles de personas que salen del país, las de los niños llorando o marchándose sin entender qué ocurre son de las más dolorosas. "Una de mis hijas llegó a San Sebastián con nosotros desde Bosnia. Tenía pocos meses, era muy pequeña. Kenan había nacido en el 93, entonces no tenía que darles tantas explicaciones a los niños porque eran muy pequeños. Pero los niños captan más a través de las emociones que de la explicación, y a mí me tocó explicarles lo que pasó en Bosnia y cómo lo vivimos nosotros en la distancia años después, con la guerra ya terminada, lo que me lo puso un poco más fácil porque así no estaba ya ese componente emocional".
La importancia de empatizar con el refugiado
El hecho de haber vivido una tragedia como la que padece ahora Ucrania le hace a Meho Kodro sentirse más cerca del que sufre, del refugiado que deja su vida atrás sin saber qué sucederá con su destino. Por eso el exjugador de la Real Sociedad pone el énfasis en la importancia de ayudar a estas personas en la medida de lo posible: "Es importantísimo tener un poco de empatía. En alguna ocasión he hablado con gente sobre los emigrantes que dejan su país, y dicen que el sufrimiento más grande que hay para un ser humano después de perder a los hijos es ser refugiado. Es muy difícil explicar a la sociedad la importancia de echar una mano, sobre todo al principio, cuando la gente está huyendo de un problema gravísimo como es el actual en Ucrania. Veo que Europa se ha solidarizado tanto con la gente de Ucrania que es algo impresionante. Son más de tres millones de refugiados y la gente está respondiendo muy bien, eso es de agradecer. Tener la misma empatía de los que han vivido la guerra en los Balcanes o en Bosnia es difícil, pero creo que la gente se ha sensibilizado con los que salen de la guerra en Ucrania y me alegro por ello. Cualquier ayuda, simplemente una buena palabra, acercarse y echar una mano es de muchísima importancia para la gente que lo necesita ahora mismo".
No obstante, y lo dice alguien que lo ha vivido, por mucho que uno se vaya huyendo de su país las ganas de regresar a tu tierra no desaparecen nunca. "Lo he hablado con amigos míos muchas veces. Uno, al salir del país, lo hace con trauma, por lo que al principio buscas un poco salir del problema, de la guerra, y encuentras ese alivio. Lo que pasa es que una vez que te tranquilizas un poco lo más normal en esos momentos es la pregunta... ¿y ahora qué?, ¿qué hago? Y piensas: 'no estoy en mi país. Estoy en otro donde la gente me ha recibido bien y donde sinceramente me siento bien, pero es que yo quiero volver a lo mío, a lo que era mío hasta hace poco'. Yo lo entiendo como una guerra entre el corazón y la cabeza. La cabeza te dice una cosa y el corazón te pide la otra. Pero después, al regresar a tu país, ya no te encuentras lo que habías dejado porque todo ha cambiado. Muchas personas, y yo me considero también uno de ellas, pasan años con la sensación de vivir en una tierra de nadie. Ni de aquí ni de allí. Yo agradezco mucho a todos los países que reciben a los refugiados y les echan una mano, pero la gente quiere volver a sus raíces y a su casa. Al final estás viviendo un poco la vida en una tierra de nadie".
Meho Kodro recuerda que la Real se portó muy bien cuando se libraba la guerra en su país, y también resalta la importancia del deporte en un conflicto bélico así ya que tanto los deportitas en general como los clubes tienen mucha visibilidad y pueden llegar lejos con sus mensajes: "La Real se portó fabulosamente bien y no solo la Real, toda la sociedad de San Sebastián. Los vascos respondieron muy bien y al menos yo he sentido ese calor y ese sentimiento de ayuda y solidaridad. Creo que el mundo del deporte siempre ha sido sensible hacia esas cosas. Los colectivos deportivos constantemente están ahí para echar una mano en lo que se pueda. Es verdad que desde el ámbito el deporte, como es un mundo muy visible y al que la gente mira y escucha, es importante mandar esos mensajes. Nunca está de más pedir un pelín más. Considero que el momento es de suma importancia y crucial como para seguir mandando mensajes de ánimo, apoyo, solidaridad y comprensión, y ver cómo todos juntos salimos de esta situación".