Igor Zubeldia acaba sangrando tras chocar con Larin en Son Moix
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El central txuri urdin se llevó la peor parte
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Una hemorragia nasal propició que tuviera que salir durante varios minutos
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Dos apósitos en las fosas nasales fueron la solución de urgencia
El partido de la Real Sociedad ante el RCD Mallorca empezó accidentado desde el primer momento. Antonio Sánchez anotó el primer gol del partido cuando apenas corría el minuto 3 o 4 de la primera mitad. E, instantes después, Igor Zubeldia cayó tras un lance con Cyle Larin, en una acción fortuita de choque entre los dos. La peor parte, eso sí, se la llevó el central txuri urdin, aunque ambos fueron atendidos fuera del terreno de juego debido al protocolo de seguridad de LALIGA. Eso sí, el '5' de la Real tiene reciente la reprimenda de Imanol Alguacil a Hamari Traoré (las cuales matizó posteriormente). Al no ser de hospital, solo había un camino: volver al terreno de juego.
Y es que Larin corría a un balón al espacio cuando le encimó Zubeldia. Ambos futbolistas chocaron, aunque el peor parado fue el txuri urdin. Y es que ambos sufrieron un choque de cabezas, con la diferencia de que, mientras el jugador del Mallorca recibió el impacto en la coronilla o la nuca, el de la Real Sociedad sufrió el golpe en pleno rostro.
El golpe con Larin provoca a Igor Zubeldia una hemorragia nasal
No es de extrañar que, como consecuencia de este golpe, Igor Zubeldia acabara tendido en el suelo, sangrando por la nariz. La asistencia médica de los servicios sanitarios de la Real Sociedad centraron su trabajo en tratar de frenar la hemorragia. Del mismo modo, un utillero corría dentro del vestuario para buscar una camiseta que sustituyera a la que llevaba puesta el jugador. No en vano, acabó manchada de sangre y el protocolo de LALIGA, desde hace muchos años, no permite a los futbolistas entrar al campo con manchas de sangre.
Finalmente, tanto Cyle Larin como Igor Zubeldia pudieron continuar tras este lance del juego. Ambos regresaron al terreno de juego tras confirmar los médicos que estaban en condiciones y no existía conmoción. Eso sí, el txuri urdin lo hizo con un aparatoso apósito en sus orificios nasales. Y con Jon Pacheco calentando en todo momento por si, incluso en la segunda mitad, se hiciera necesaria una sustitución.