Un refresco repelido por Alberto López

La temporada de Guzmán Casaseca no ha sido fácil. El final, peor imposible. Teniendo un papel destacado, aunque sin grandes alardes, en la etapa de Gaizka Garitano en el Nuevo Estadio José Zorrilla, el problema del extremo pacense fue lo que, en un principio, parecía su salvación. La llegada de Alberto López, el que fue su entrenador en el Deportivo Alavés, confirmó su mala temporada. Aislado de las convocatorias, pese a empezar la etapa del vasco en la titularidad, le dejaba tan señalado como a Vincenzo Rennella, otro de los crucificados por el último entrenador de la temporada 2015/2016.

 

20 sustituciones

Entre los cambios de un entrenador y otro, el más sustituido ha sido el propio '21'. El que fuera jugador de Deportivo Alavés o Unión Deportiva Las Palmas, antes de llegar a Pucela, ha sido el jugador que más veces ha participado en un partido saliendo desde el banquillo. De los 27 encuentros que ha disputado el jugador extremeño, 20 han sido con el encuentro comenzado. Pese a que los minutos de juego han sido más al ser titular, 465, que al salir desde el banquillo, 382, nadie puede negar que el jugador ha cumplido todos los requisitos para ser denominado suplente en las tres fases de la temporada. 
El papel estaba siendo secundario en las fases de Garitano y Miguel Ángel Portugal, pero con un rol muy definido. El jugador tenía un papel que aceptaba. Lo hacía con resignación pero confiando que desde él podía avanzar en el seno del Real Valladolid.
Esa ilusión por adquirir un papel protagonista ha sido imposible. No es que avanzara en el tramo final, es que murió. Con solo siete partidos como titular y una participación completa, la temporada de Guzmán deja tantas sombras como incógnitas. ¿Qué pasaba para que un jugador de su rendimiento en las primeras 30 o 35 jornadas fuera tan residual? ¿Qué pasó para que un jugador de la confianza de Alberto López no interviniera en ninguna de las tres últimas citaciones del vasco?
Si su participación ha estado marcada por las penas y deficiencias de la temporada, el final ha sido definido como una enorme incógnita. Si en el primer partido del excancerbero fue titular, tras no serlo en los últimos seis meses, la decisión se debía a que el técnico tenía una visión sobre él que cambió durante la temporada. El Pucela y sus necesidades no creyeron en su perfil y en lo que podía aportar, y el futbolista se fue diluyendo hasta desaparecer.

Un año más de contrato

Ese perfil de jugador de segundas partes y de refresco en la zona ofensiva del equipo, que tan bien había asimilado durante la temporada y que tan buen resultado había dado al equipo al anotar tres goles, murió cuando parecía que podía crecer más. La incomprensible situación tiene tintes internos que demuestran lo difícil que ha sido la recién terminada campaña 2015/2016 en el vestuario del Real Valladolid. La complejidad ha sido tal que, con total probabilidad, se llevará por delante el año de contrato que le resta al último '21' del Real Valladolid.