El club, con el cinturón ajustado al máximo

No es que hayan saltado las alarmas pero hay relativa preocupación. El Real Valladolid tiene que acometer un número importante de fichajes de aquí al cierre del mercado y, económicamente, va al límite. Hay poco dinero y, hasta la fecha, se han hecho apuestas y algún esfuerzo importante, lo cual resta opciones para las futuras incorporaciones. Aunque todavía llegará algún jugador con proyección y pretendido en la categoría, el club tiene claro que también llegarán futbolistas contrastados y con un bagaje importante en Segunda División. Y, por supuesto, baratos. Alguna oferta de las que últimamente ha presentado el club han parecido irrisorias a algunos representantes, lo cual complica el trabajo.

La realidad es que hay diferentes situaciones que marcarán el camino y el futuro a nivel presupuestario. Por un lado, la salida sin grandes desembolsos de Guzmán Casaseca y Samuel Llorca. Con estos dos jugadores se vive una situación complicada, puesto que al restarles un año de contrato los futbolistas van a tensar la cuerda para que el club les rescinda el contrato y sacar tajada. Esta situación es delicada para el Pucela, que no se puede permitir regalar dos contratos a dos jugadores cuya aportación desde su llegada no ha sido la ideal. Sin embargo, los futbolistas estarán en su papel, y de ahí que el club, como indicaba Braulio Vázquez, quiera tener un trato de respeto total contándoles como dos jugadores más cuando el próximo lunes comience la pretemporada.
Si bien Paco Herrera tiene claro que no cuenta ni con el extremeño ni con el alicantino, diferente es la situación de Enzo Rennella. Su rendimiento y actitud, decepcionante durante los últimos meses, contrasta con las esperanzas depositadas en el jugador a las órdenes de Herrera. Su ficha es muy elevada, y una salida amistosa y que deje algo de dinero para paliar la apuesta por el futbolista podría se interesante para ambas partes. Rennella podría dejar paso a dos nuevos jugadores.
Aunque el Real Valladolid ha visto con buenos ojos la cantidad que va a ingresar por Diego Mariño por sorpresa, lo ideal para el club sería que un equipo apostase en serio por Juan Villar. Su cláusula es de tres millones, y un traspaso que supere el millón y medio sería muy beneficioso para el Pucela. De hecho, la renovación del jugador podría ser un buen movimiento para una futura venta con el onubense asegurándose un aumento de ficha.