Insuficiente empate para salvar a Sampedro

Después de la llamativa comparecencia de Luis César Sampedro este viernes, que puso patas arriba el Nuevo Estadio José Zorrilla, el Real Valladolid recibía al Rayo Vallecano, uno de los mejores equipos de la categoría y el conjunto más en forma de LaLiga 1|2|3. La batalla final para el entrenador gallego no iba a ser nada fácil, aunque mucho hacía pensar que el resultado sería lo de menos para él. Su futuro no ha estado en Valladolid desde sus palabras del viernes.

 
En el que va a ser, muy posiblemente, su último once como preparador blanquivioleta contenía una pequeña revolución, aquélla que, por ejemplo, llevaba a Antoñito Regal al banquillo. El único jugador de campo que había firmado todos los minutos ligueros hasta la fecha, viviría el partido desde el banquillo, mismo lugar designado para Toni Martínez y Giannis Gianniotas. Los dos cambios del Pucela, en relación al último once, propiciaron la entrada de Jaime Mata y Óscar Plano.
Pese a la entrada de ambos, jugadores muy importantes para el equipo, el Real Valladolid firmó una primera parte muy débil. A merced del juego del Rayo Vallecano, los pucelanos consiguieron salvar el sufrimiento tras los primeros 45 minutos. En la segunda parte el Pucela cambió de mentalidad pero nada fue suficiente para conseguir una victoria que podría haber salvado la cabeza de Luis César. Sin ella, el gallego no tiene argumentos para estar el próximo sábado, desde las 18.00 horas, en el Estadio de Santo Domingo de Alcorcón.

Inferior al Rayo Vallecano

Isidro Díaz de Mera Escuderos, del colegio manchego, decretaba el final de la primera parte, tras 46 minutos ,y la sensación en el Nuevo Estadio José Zorrilla era clara: el Rayo Vallecano había sido muy superior al equipo local en el transcurso de la primera mitad pero, sobre todo, el la última fase del primer acto. En ella, Raúl de Tomás tuvo dos ocasiones muy claras para adelantar al equipo madrileño pero en ambas no tuvo fortuna. En la primera por no acertar por centímetos con la portería de Jordi Masip y, en la segunda, por hacerlo en fuera de juego.
El '22 rayista, exjugador blanquivioleta, llevaba el miedo a una grada fría. El encuentro no conseguía convencer a los aficionados pucelanos en ningún aspecto pero, con su avance, menos aún. Si la dinámica del equipo y el futuro del entrenador debía cambiar tras este partido, la realidad no es nada claro, más bien todo lo contrario. La sensación global no era buena porque el descanso llegaba sin un atisbo ni fase de superioridad del equipo pucelano. 
Cuando el equipo visitante no era mejor, el duelo vivía una fase de intrascendencia en la que ni Javier Ontiveros creaba juego, ni Jaime Mata generaba peligro ofensivo, ni Pablo Hervías atacaba la profundidad... El Real Valladolid no peleaba sus opciones de partido mientras que el Rayo Vallecano, con un guión muy definido, pudo haber encarrilado el encuentro sin hacer un gran duelo. La triste debilidad blanquivioleta volvía a aparecer y el rival podía ganar pero no por grandes méritos suyos sino por enormes deméritos del Pucela. Más de los mismo de la derrota (2-1) en el Nuevo Estadio de El Arcángel.

Desde los once metros

A los pocos segundos de arrancar la segunda mitad, el duelo tuvo dos acciones determinantes pero dos decisiones del colegiado manchego que no cambiaron el exceso el devenir del duelo porque, a nivel de marcador, lo igualaron. Una internada de Óscar Plano en ataque y un encontronazo de Borja Fernández en defensa con Raúl de Tomás generaron dos penaltis que las referencias ofensivas de cada conjunto no desaprovecharon. A los cuatro minutos de la reanudación, Jaime Mata adelantó a los pucelanos. Pocos minutos después, Raúl de Tomas restablecía las tablas desde los 11 metros.

Olvidando estas dos acciones, el partido mejoraba las prestaciones del Real Valladolid. El avance del duelo sentaba bien a los locales que afrontaron el partido en superioridad durante los últimos 20 minutos. Pese a que los pucelanos se cargaron de muchas más amonestaciones que los visitantes, dos acciones de Emiliano Velázquez le supusieron la expulsión para el tramo decisivo del partido.

A tumba abierta

El paso por los vestuarios había sentado muy bien al Real Valladolid. La charla de Sampedro y la interacción con sus jugadores deparó una versión mucho más ambiciosa de un Pucela que sabía que no le valía el empate. Ni al equipo ni, por supuesto, al entrenador. Así, tras la expulsión del Rayo Vallecano, los locales darían un paso al frente para buscar la victoria de forma clara. Ataques a tumba abierta, ayudados de la entrada de Giannis Gianniotas, primero, y Toni Villa y Míchel Herrero, después, el Real Valladolid llegaría a encerrar a los vallecanos en su área.
La ambición blanquivioleta fue insuficiente. Lo intentó en los últimos minutos. Tuvo acercamientos, pundonor y empuje pero nunca ocasiones y, muy posiblemente, nunca llegó a merecer la victoria ante un Rayo Vallecano que se supo defender con un jugador menos. Con este empate, insuficiente para los objetivos del equipo y el crédito de Luis César Sampedro, el Real Valladolid encarará el último tramo de la temporada con 43 puntos, a tres de la zona del play off, y con un nuevo entrenador en el banquillo.