Cuadra Fernández frena la reacción pucelana
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Las palabras de Luis César tras el empate
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Lo que opina el vestuario del Pucela del 0-0
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Así vivimos la visita pucelana al Anxo Carro
Eternos aspirantes al play off, al menos durante la últimas semanas. Así se podía resumir, en la previa, el duelo entre el Club Deportivo Lugo y el Real Valladolid. En el regreso de Luis César Sampedro a la que fue su casa la temporada pasada, el tren de la promoción de ascenso hacía posiblemente su última parada para ambos equipos. A dos puntos del sexto puesto, rojiblancos y pucelanos tenían una última oportunidad, la enésima de la temporada, para subirse al tren del objetivo y la obligación, por parte vallisoletana, y de la ilusión, por parte gallega.
Mientras Luis César regresaba al Estadio Anxo Carro con el agua al cuello, como lleva sobreviviendo las últimas cinco semanas, Francisco Rodríguez afrontaba el duelo con la fuerza y la confianza de ver que su equipo ha resucitado. Dos victorias consecutivas en su estadio reforzaban la idea de un equipo que ha perdido parte de ese empuje, fuerza e identidad del primer tercio de la temporada y que casi le dio para ganar (2-2) en el Nuevo Estadio José Zorrilla.
Para esta importante batalla, Luis César variaba mucho su última idea. Por sorpresa, y como no viene siendo habitual en él, el gallego introducía cuatro cambios en el once titular. A los esperados de Luismi Sánchez, Míchel Herrero y Óscar Plano se sumaba, por sorpresa, el de Antoñito Regal. El '18' entraba en el puesto de Borja Herrera, que arrastraba el cambio de Javi Moyano al carril zurdo.
Con estos nombres la puesta en escena del Real Valladolid se suponía ofensiva. Cuatro jugadores talentosos y de enorme visión de ataque se acumulaban en la zona superior pero sin resultado para un equipo que sólo despertó y mostró ambición y superioridad al rival en el tramo final del partido. Aprovechando la expulsión de Luis Ruiz, el Real Valladolid intentó buscar la victoria pero el partido se le hizo corto a un equipo que, nuevamente, desaprovechó un parte muy importante del partido.
Rozando el palo... y la tragedia
Inicialmente, y por nombres, el Real Valladolid iba a ser ofensivo pero, a la hora de la verdad, fue todo lo contrario. El inicio de partido dejaba a un Pucela muy débil. Desdibujado y perddido, los pucelanos estuvieron cerca de recibir un gol hasta en dos ocasiones pero los remates lucenses se marcharon fuera de la portería de Jordi Masip por apenas unos centímetros. La esperanza de ver un cambio vallisoletano fuera de Zorrilla parecía imposible. Ésta estaba muy lejos de convencer, al menos, en el inicio de partido.
Se esperaba un plus del Real Valladolid, un paso de ambición que tuvo en sus pies Míchel Herrero. El '21' se plantó sólo ante Juan Carlos, con la opción de dos líneas de pase, pero el valenciano terminaba decidiendo por un tiro que salvaba el meta gallego. Una ocasión desperdiciada pero, al menos, el primer acercamiento blanquivioleta en el Anxo Carro. Los pucelanos demostraban estar en el partido y, en ese momento, sólo quedaba mejorar las prestaciones. Remontar, no en el marcador pero sí en la creación de ocasiones y sensaciones.
La intención fue una pero, la realidad otra bien distinta. Aquella ocasión de Míchel sería un oasis en la propuesta blanquivioleta. Tras el acercamiento del '21', el Club Deportivo Lugo recuperaba el dominio del partido, del control del juego y, obviamente, de las ocasiones. El Real Valladolid volvía a estar a merced de un rival que llegaba al área, buscaba a Masip y generaba mucho miedo pero que, por fortuna para los pucenalos, no conseguía marcar en unos primeros 45 minutos que diferenciaban de los vividos ante la Unión Deportiva Almería en el acierto de un gol. En el resto, muy similares en la mediocridad blanquivioleta.
Pequeño cambio de mentalidad
Luis César Sampedro es un entrenador al que no le tiembla el pulso a la hora de hacer cambios. Son varias las ocasiones en las que ha variado su propuesta en el descanso y, otras tantas, en las que ha realizado una doble sustitución. Tras lo visto en Galicia en los primeros 45 minutos, la situación obligaba a una de esas variaciones pero el entrenador gallego optó por otro tipo de cambio. Quería un cambio en la mentalidad en sus jugadores.
Confiando en todos aquellos que había comenzando el partido, el Real Valladolid cambió de mentalidad en los primeros 10 minutos tras el paso por vestuarios. Sin grandes alardes pero encontrando con mayor facilidad a Míchel Herrero, los pucelanos llegaron a generar un par de ocasiones, una de ellas muy clara de Luismi Sánchez, para llevar la esperanza a los 150 aficionados pucelanos llegados hasta tierras lucenses.
Un nuevo partido
Mientras el Real Valladolid sufría para mantener el empate inicial, el Club Deportivo Lugo buscaba el gol hasta que se produjo una acción que cambiaría el partido. En el minuto 67, Luis Ruiz era expulsado por doble amarilla y se creaba un nuevo duelo entre pucelanos y gallegos en el que los visitantes disfrutarían de superioridad numérica en más de 20 minutos. Con ella, Luis César quiso dar un paso al frente y varió el esquema. Sin perder el equilibrio defensivo, el Pucela terminó jugando hasta con tres delanteros centros.
Inicialmente, la unión entre Jaime Mata y Toni Martínez debía dar una alegría a un equipo que sólo tuvo claridad en ese tramo final del partido. Hasta no verse con un jugador más, los pucelanos mostraron un juego plano, desordenado y desdibujado, definiendo todo lo que marca a este Pucela lejos del Nuevo Estadio José Zorrilla.
Mejorando minuto a minuto y terminando el partido con los tres delanteros de la plantilla, tras la entrada de Chris Ramos, el Real Valladolid intentaría sacar petróleo hasta el último segundo en su visita al Estadio Anxo Carro. Tristemente, el duelo se hizo corto para un equipo que puso todo por la victoria pero que pudo perder al dejar opciones ofensivas a un Club Deportivo Lugo fuerte, luchador y tan complicado como Luis César avisó. Finalmente el botín es de un punto, un insuficiente empate para las exigencias pucelanas.