Aproximadamente una hora y cuarto después de que el Real Valladolid hiciera oficial su fichaje, Rubén Alcaraz se vistió de corto y se subió al autocar con sus nuevos compañeros rumbo al Campo de El Plantío, en Zaratán, donde la plantilla se ha entrenado durante toda la semana. Poco después, ya se estaba ejercitando a las órdenes de Sergio González, que le dio la bienvenida en la charla inicial delante del resto de jugadores, incluyendo un Óscar Plano que volvió con el grupo al haber superado su lesión.
Tras un ejercicio de paredes comandado por Sergio Dorado, primer preparador físico, el entrenador del Pucela tomó la voz cantante. Con el equipo dividido en parejas y por posiciones, el técnico estuvo muy incisivo con los mediocentros durante toda la sesión y, en especial, con el catalán, como si hubiera estado esperando su llegada para dejar atrás los conceptos defensivos tan machacados en las primeras semanas de pretemporada.
Alternándose con Borja Fernández, el ya ex del Girona FC dio muestras de su buen estado físico, su visión de juego y su potente golpeo tanto en pases en largo como hacia portería. En el otro pivote fueron variando Anuar Tuhami y Javi Pérez.
El nuevo futbolista blanquivioleta aprovechó el tiempo de hidratación para acercarse a Gonzalo Guijarro, uno de los fisioterapeutas, quien le ayudó con alguna molestia en la parte posterior del pie derecho que le ocasionaba problemas con la bota.
Alcaraz, que siguió entrenándose sin problemas, no estuvo presente en los rondos finales, a los que asistió desde uno de los banquillos antes de dar por terminada su primera sesión como blanquivioleta y emprender el camino de vuelta al Nuevo Estadio José Zorrilla en el autocar del equipo.