Estreno agridulce en el 'nuevo' Zorrilla

Empate y gracias para el Real Valladolid en su regreso a Zorrilla (1-1). Un golazo tremendo de Pablo Hervías de libre directo puso por delante a los de Sergio González en el minuto 64, pero en la recta final del partido, el CAT Osasuna no solo empató (80'), sino que desaprovechó una ocasión manifiesta en la ultima jugada del partido para llevarse los tres puntos a Pamplona. Estreno agridulce del Pucela en su 'nuevo' y remodelado estadio.

A pesar de que Rubén Alcaraz y Sandro Ramírez volvieron a la convocatoria de Sergio González, el técnico catalán apostó por la continuidad del bloque de las últimas jornadas y no asumió ningún riesgo con el estado físico de dos jugadores importantes. El Pucela iba a debutar en casa con el mismo once inicial del Ciutat de Valencia.

Después de disputar las tres primeras jornadas a domicilio, al Pucela le tocaba recibir a Osasuna y estrenar el remodelado feudo blanquivioleta. Y en plenas Ferias de Valladolid. Sin foso, con nuevo videomarcador y un terreno de juego que estaba lejos de un estado óptimo, a la cita no le faltaban alicientes y la expectación quedó patente desde el primer minuto: Zorrilla tenía ganas de fútbol y el Real Valladolid tenía ganas de fútbol en Zorrilla. No tardaron en dejarlo claro.

El Pucela juega, Osasuna perdona

El conjunto de Sergio González monopolizó el juego y las oportunidades de los primeros diez minutos, aunque sin llegar a materializar el peligro en goles. La puesta en escena fue difícil mejorable. Con Míchel Herrero moviendo al equipo y Waldo Rubio y Óscar Plano de estiletes en los costados, el Pucela hilvanó varias jugadas, pero ni el '10' local en el minuto seis, ni al rato Enes Ünal, con un disparo alto, lograron abrir la lata. Las dos primeras se fueron al limbo frente a un Osasuna agazapado en los compases iniciales.

Los navarros, sin embargo, despertaron pasados los primeros diez minutos. Aunque los vallisoletanos pusieron el fútbol, fueron los de Jagoba Arrasate los que rozaron el gol. Dos remates al palo prácticamente consecutivos metieron el miedo en el cuerpo a un Real Valladolid que tuvo que retroceder varios pasos. Osasuna subió la presión y empezó a dificultar la salida de balón de un Pucela al que ahora le tocaba resistir al ímpetu de un rival que mereció más premio al descanso. Las tornas habían cambiado.

Vivos al descanso

Pero los de Sergio González aguantaron, no sin dificultades. Los rojillos encontraron un filón en la espalda de Pedro Porro y trataron de explotar al máximo ese costado, pero los delanteros visitantes no estuvieron acertados en varias ocasiones. Y Zorrilla respiró después de varios sustos.

Cuando amainó la tormenta llegada la media hora de juego, el Real Valladolid se estiró y respondió, precisamente, con dos grandes centros del lateral diestro, pero ninguno encontró rematador. Ni Enes Ünal ni Sergi Guardiola estaban cómodos y no lograban conectar con el resto de atacantes, convirtiendo al conjunto blanquivioleta en un rival poco más que inofensivo de cara al gol.

Así, cómodos ante la falta de amenazas blanquivioleta, los navarros se estiraron en la recta final del primer tiempo, pero el Chimy Ávila, a bocajarro tras un paradón de Jordi Masip, desaprovechó una ocasión manifiesta de poner el 0-1 en el marcador. Sin goles se retiraron ambos conjuntos a vestuarios.

Regreso triunfal de Pablo Hervías

Al descanso, eso sí, la mejor noticia para el Real Valladolid era el empate que imperaba en el electrónico, aunque nada más reanudarse la acción pudo llegar el tanto que abriese la lata. El enésimo buen centro de Enes Ünal encontró la cabeza de Sergi Guardiola a escasos metros de la línea de gol, pero a pesar que apenas tenía oposición, el delantero murciano no acertó con el testarazo. Fue la mejor ocasión de los vallisoletanos hasta el momento.

El ritmo del partido, frenético durante la primera mitad, bajó drásticamente en estos segundos 45 minutos y Sergio González aprovechó para mover sus fichas. El técnico local retiró a Míchel Herrero y Waldo Rubio para dar entrada a Rubén Alcaraz y a Pablo Hervías. El gol blanquivioleta llegaba al rescate desde la banda.

El extremo riojanos, apenas tres minutos después de haber vuelto tras su lesión, provocó una falta peligrosa que él mismo transformó con un zapatazo que abrió la lata después de tocar el larguero. Obús y 1-0 en el 64'. Dos años después, el mismo Pablo Hervías, ante el mismo rival, volvía a demostrar su capacidad goleadora en los libres directos. El fútbol, caprichoso como nada, recompensaba al extremo diestro con un tanto importante después de varios meses en el dique seco.

Masip salva un punto en la última jugada

Al Real Valladolid, así, le tocaba defender su botín durante 25 minutos para redondear su estreno en Zorrilla, pero Osasuna no estaba dispuesto a hincar la rodilla con tanto tiempo de margen y acabó encontrando el premio a la constancia. Después de unos minutos sobre la lona tras encajar el gol blanquivioleta, los rojillos volvieron a la carga.

Una gran jugada por la derecha del Chimy Ávila fue culminada por Róber Ibáñez, que solo tuvo que empujar el balón al fondo de las mallas para poner el empate en el minuto 80. La alegría le duró poco a un Real Valladolid que acabó sufriendo para sacar algo positivo de su estreno en casa.

Enes Ünal, después de un encuentro muy flojo ante los navarros, acabó siendo sustituido por Sandro Ramírez, aunque al Pucela le iba a tocar emplearse a fondo atrás. De hecho, ya en el descuento, el Chimy Ávila se plantó solo ante Jordi Masip, pero el cancerbero catalán estuvo providencial. Ante la estupefacción de la zaga blanquivioleta, más pendiente de reclamar un posible fuera de juego que de anular el peligro visitante, se agigantó el guardameta para acabar desbaratando la última jugada de un partido que se pudo marchar a Pamplona en el último suspiro.