2-0: Sergi Guardiola, min. 83
Sufrida reivindicación
Ante un partido como el que ofrecían Real Valladolid y RCD Espanyol en el Nuevo Estadio José Zorrilla el término "final" siempre está en el ambiente para la previa. Para unos análisis y equipos lo es; para otros, no. En esta ocasión, los pericos sí vivían una final completa, pero los pucelanos, no. No de forma directa.
Los de Sergio González tenían margen con el descenso y no vivían el duelo como algo definitivo a corto plazo. Muy posiblemente sí debían tener el duelo controlado por lo que podía suponer pero no debían mirarlo como algo trascendental a corto plazo. Con todo, nadie quitaba que fuera un duelo importante y, como tal, los de Sergio debían dar el máximo o, como poco, lo mejor.
Condicionando el análisis del duelo por la tempranera expulsión de David López y lo que ésta supone a la lectura de un partido, al encuentro se le puede pedir más. En juego, ocasiones, fuerza y credibilidad, el duelo puede ser analizado con más exigencia pero, dado el momento de la temporada, la importancia estaba en el resultado y éste fue positivo. No sin sufrimiento.
Miedo a perder
Independientemente de la expulsión de David López en el minuto 25 de partido, el primer tiempo estuvo marcado por el miedo a perder de ambos equipos. Tanto Real Valladolid como RCD Espanyol firmaron un primer acto de dudas, miedos y distancia. Ninguno quería herirse para llegar vivos el tramo decisivo: el final.
Esos miedos se multiplicaron en el equipo perico con la mencionada expulsión. Los de Abelardo Fernández dieron un paso atrás para vivir de posibles contragolpes pero, a su vez, para no perder el punto. Querían crecer sobre la defensa y sobre la ansiedad de un Pucela que, en ese momento, se vio más seguro pero, también, más exigido.
Ante el colista y con superioridad numérica, el Real Valladolid parecía estar más demandado en la victoria pero, ahí, Sergio González y sus jugadores supieron entender qué debían hacer. Sabían cuál era su plan pero les faltaba frescura para ejecutarlo. Alejados de la velocidad de juego, con poca profundidad y sin cambios de ritmo, el Pucela sabía tener una posesión segura que llevara al rival a cometer un fallo.
Un plan bien trazado
Esperando que se abriese algún hueco en la doble fortaleza defensiva de los de Abelardo, el duelo se fue madurando y el Real Valladolid sabía cuál era su plan y objetivo. El equipo no podía perder la perspectiva. Necesitaba tranquilidad para dar fuerza a su idea. Ésta estaba bien planteada pero necesitaba detalles para crecer en ataque.
Mayor juego entre líneas, jugadas con mayor presencia de jugadores... El Real Valladolid debía dar un paso al frente y aumentar el ritmo del juego. Sin perder el orden y el equilibrio, el equipo pedía un plus para asumir la exigencia y la necesidad de ganar en tsu estadio a un colista que estaba en inferioridad.
Quizás este era un análisis muy simple pero era el que pedía un duelo que estaba controlado por el Real Valladolid pero en el que el rival no sufría en exceso. No mandaba pero no estaba incómodo, condiciones en las que los equipos de Abelardo suelen moverse bien.
Bajo este guión y con Sandro Ramírez ya en el terreno de juego, el Pucela afrontaba la última media hora de juego viendo que la ansiedad por ganar le podía jugar una mala pasada pero sería el '20' el que haría olvidar todos los miedos con un gol que cambiaría el partido.
La sentencia de Sergi Guardiola
Su segundo tanto liguero y su tercero de la temporada dio un giro al duelo. Quedaba casi un cuarto de hora de juego pero el RCD Espanyol se quedó sin ideas. Sin opción de aprovechar los posibles espacios a la espalda de la defensa pucelana, el Real Valladolid se acercaba a la sexta victoria de la temporada y, posiblemente, a una sentencia determinante para el objetivo blanquivioleta.
Con el gol de Sandro no parecía que el duelo se fuese a ir del Nuevo Estadio José Zorrilla pero para evitar sustos mayores, como el gol de Adrián Embarba en el tiempo de añadido, Sergi Guardiola hizo el segundo gol del duelo y sentenció el duelo en una complicada, sufrida y exigente reivindicación que debe llevar al Pucela a firmar más del 60% de la salvación.
Se ganó y eso era lo principal,pero Don Sergio siempre aplica nueva filosofía en el 2º tiempo que en el primero,por una vez el mister acertó en los cambios,no hablaremos de jugadores hoy no toca,pero hay pupilos que atascan y otros desatascan,en definitiva 3 puntos que saben a teta,ahora si hay que poner a trabajar los recursos que tenemos,ASI SÍ,DON SERGIO vamos por el camino recto y correcto. SIEMPRE PUCELA.