Sin José Antonio Caro, renovado hasta 2022 y cedido a la Sociedad Deportiva Ponferradina, el Real Valladolid necesitaba un portero. Con sólo Jordi Masip para el marco blanquivioleta, Miguel Ángel Gómez debía apostar por un activo de garantías que pusiera en aprietos al propio Masip y a Sergio González y el club ha apostado por Roberto Jiménez Gago (Fuenlabrada, 10/02/1986) para las tres próximas temporadas.
El veterano cancerbero de 34 años, con experiencia de 137 partidos en LaLiga Santander, bagaje en Champions League, recorrido con siete equipos españoles y en tres conjuntos extranjeros, llega al Nuevo Estadio José Zorrilla en su último contrato, aquél que le llevará a exigir el máximo a un Masip que ha sido indiscutible para Sergio desde que el catalán llegó al mundo blanquivioleta.
Sin competencia directa de Yoel Rodríguez, Andriy Lunin ni Caro, la llegada de un Roberto con mayor experiencia, más veteranía, mejor carrera e hitos más grandes puede ofrecer una pelea novedosa en el mundo blanquivioleta que exigirá lo mejor de todos los protagonistas, incluido un Roberto Jiménez que no ha tenido mucha regularidad en su carrera, siendo la principal necesidad que tiene él para rendir.
La última temporada de Roberto demuestra las dudas que puede ofrecer el jugador cuando no está al 100%. Su paso por el West Ham United fue calamitoso. Considerado uno de los 10 peores fichajes de la historia del equipo inglés, Roberto llegó al Deportivo Alavés con necesidad de jugar y lo hizo en un momento crucial para el equipo vitoriano. Pese a conseguir el doble objetivo, acumular minutos y salvar a los vascos, las sensaciones no fueron buenas.
19 goles encajados en nueve partidos, con dos victorias y seis derrotas son el último bagaje de un cancerbero que, muy posiblemente, tocó techo hace 10 años en el Real Zaragoza. El conjunto maño llegó al mercado de invierno de 2010 con necesidad de muchos fichajes. Roberto fue uno y poco tardó en hacerse con la titularidad. Un estreno triunfal en el Coliseum Alfonso Pérez le valió para ganarse un nombre en el Estadio de La Romareda y para firmar su traspaso al SL Benfica.
Poco duró en Portugal porque los altibajos volvieron a su carrera. Aquel ida y vuelta de titularidades que tuvo en Huelva, Tarragona y en el Club Atlético de Madrid regresó en Portugal y Roberto quiso volver a tierras mañas, donde siempre se sintió muy importante.
La necesidad de verse relevante es determinante para el nuevo portero del Pucela. Necesitado de protagonismo para acercarse a su mejor nivel, el madrileño llega a Valladolid sabiendo qué necesita, algo que, muy posiblemente, el club vallisoletano también sabe.
Roberto no ha demostrado ni en Inglaterra ni en Portugal ni en Grecia ni en España que sea un portero de rendimiento inmediato. Necesita confianza, protagonismo, liderazgo y peso. Con esos rasgos, su experiencia, su poso, el hecho de saber por lo que va a pelear el equipo y el sustento de un contrato de tres años, el Real Valladolid se asegura su portería.
Con 193 centímetros y casi 90 kilos, Sergio González apuesta por un portero de unas condiciones personales muy concretas y por una pareja de activos muy concreta en un mismo estilo. Pese a una sustancial mejora en el golpeo de pies en relación a Jordi Masip, los contextos en los que rinde Roberto Jiménez son muy similares a los que Sergio ha potenciado en el Pucela en las últimas dos temporadas. Buscando lo mismo, el Real Valladolid gana en la competitividad. Simplemente en eso, que no es poco.