2-0: El Pucela y Sergio tocan fondo en Villarreal

El Real Valladolid viajaba al Estadio de la Cerámica con las ganas y la necesidad de ganar. La mala situación deportiva y clasificatoria del equipo de Sergio González era y es determinante y la exigencia era máxima en la previa. Los blanquivioleta debían ganar y no es que no lo hicieran ante el Villarreal CF sino que perdieron dejando una mala imagen y aumentando la mala dinámica del equipo tras la derrota (1-2) ante la Sociedad Deportiva Eibar.

Pese a que el duelo ante los de Unai Emery ofreció dos caras del Pucela, la mala imagen de los primeros 45 minutos centra cualquier análisis. El nuevo golpe que recibe el equipo y Sergio González decanta cualquier enfoque posible y centra la sensación de que los pucelanos tocan fondo.

En cuestión de números, sin victorias en las primeras ocho jornadas, pero también en juego, respuestas y soluciones, el duelo disputado en el Estadio de la Cerámica confirma que los pucelanos están perdidos y que su futuro pasa por cambios importantes y relevantes. No vale cualquiera.

Infame primera parte

La necesidad blanquivioleta y las supuestas ganas y ambición de los pucelanos quedaron debilitadas tras los primeros 45 minutos. En ellos, el Real Valladolid estuvo roto. Posiblemente haya sido la peor aportación blanquivioleta de la temporada. Por encima de lo ofrecido ante el Real Betis o de fases en inferioridad ante el Deportivo Alavés. Los de Sergio González tocaban fondo tras una alineación injustificable.

No es cuestión de nombres sino de momentos. Futbolistas fuera de ritmo, aportaciones lejos del rendimiento que se debe exigir y gestiones muy cuestionables. Con todo, el Pucela se presentó mal en el Estadio de La Cerámica y el resultado de la primera parte fue tan justo como significativo para el equipo y Sergio.

Sin nada que llevarse a la boca y nada con lo que ser optimista, la primera parte terminaba con un Pucela desdibujado, sin ideas y con dos goles encajados. El Villarreal CF no tenía oponente y se aprovechaba para dejar el duelo casi sentenciado con dos tantos que desnudaban las carencias de un equipo que se mostraba sin alma.

Inconsistente mejoría

Con un nivel tan bajo, el Real Valladolid tenía todo para crecer, mejorar y maquillar la primera parte. Es cierto que no parecía tener argumentos pero sí un nivel bajo que mejorar. Lo mostrado era tan sumamente malo, que la esperanza estaba en el propio Pucela. Con Pablo Hervías y Marcos André sobre el terreno de juego, los blanquivioleta debían, como poco, reivindicarse.

Por orgullo profesional, la segunda parte debía mostrar otro Pucela. Lo hizo pero de forma inconsistente. La situación pedía más credibilidad, más fuerza y mucho mayor empuje. El equipo tuvo acercamientos, mayor control y cierta tendencia ofensiva. ¿Suficiente? Obviamente, no. La imagen de los primeros 45 minutos definía el duelo y, muy posiblemente, sentenciaba a Sergio González.

Siga o no siendo el entrenador del Real Valladolid en el importante duelo ante el Athletic Club, el catalán ha confirmado en el Estadio de La Cerámica que está lejos de ser el entrenador que necesita este equipo para salir de su situación y poder cambiar una dinámica que invita a pensar en LaLiga SmartBank con sólo ocho jornadas disputadas. Todo, tras tocar fondo ante el Villarreal CF en la primera jornada del mes de noviembre.