Entre el respeto copero y la ambición deportiva

Cuando un equipo no está en un buen momento y está obteniendo malos resultados, al llegar un partido de la Copa del Rey, la mirada se desluce. "Nuestra alimento es LaLiga", se escucha y se escuchó a Sergio González en otros momentos. En esta ocasión, y tras la importante victoria (0-1) ante el Getafe CF, el enfoque del Real Valladolid es otro. Ahora es más ambicioso.

El equipo blanquivioleta afronta el viaje a Marbella como una gran oportunidad. Los retos son múltiples. Se puede y se debe seguir creciendo, seguir mejorando y, también, se debe potenciar la competitividad del equipo y conocer a jugadores del Real Valladolid Promesas en una dinámica profesional.

Con una lista de 20 jugadores, pero con ausencias importantes como Roque Mesa, Bruno González, Jawad El Yamiq o Nacho Martínez, además de lesionados como Fabián Orellana, Marcos André de Sousa o Raúl García Carnero, el segundo encuentro copero tras la goleada (0-5) al Club Deportivo Cantolagua estará marcado por las rotaciones y las oportunidades.

Con todo, desde ElDesmarque Valladolid apostamos por el siguiente once, el mismo en el que destacan la presencia de Ignasi Vilarrasa en el lateral izquierdo y 'Kuki' Zalazar en el enganche. Siendo ambos las caras más destacadas del partido, el Pucela regresa a tierras malagueñas con el "respeto máximo" por la Copa del Rey y, también, con la exigencia de una buena versión.

Con ese respeto, con ambición y con la seguridad de no tener que mirar a LaLiga Santander porque en dicha competición la última victoria ha  marcado un camino, el segundo encuentro copero de la temporada para el Real Valladolid debe firmar una buena versión y una clasificación.

Presión propia

En este tipo de encuentros, la exigencia ganadora es total y el Pucela, como en Estella, sabe que todo lo que consiga es obligatorio y lo que no, un fracaso. Bajo el arbitraje de Javier Alberola Rojas, los de Sergio González regresan a Marbella con "máximo respeto" a la Copa y al rival, pero, también, con la presión propia de ganar y ser ambiciosos.