El Zaragoza marca territorio y apunta al ascenso directo
Jamás un derbi aragonés se presentaba con tantos tintes de igualdad. El Real Zaragoza, en su recta final por mantener en playoff y la Sociedad Deportiva Huesca, que sigue defendiendo su puesto de ascenso directo. Más igualdad era imposible añadirle a este encuentro. Y lo mejor de todo es que las expectativas no defraudaron.
Especialmente motivado llegó al inicio del partido el Real Zaragoza. Quizá por el caluroso recibimiento de la afición al autocar blanquillo. Quizá por el ambiente que presentaba La Romareda. Por una cosa o por otra, los zaragocistas salieron a mandar y durante la primera media hora de derbi, los de Natxo González monopolizaron el balón y tuvieron las ocasiones más claras.
Explotando mucho el juego por las bandas, el Zaragoza percutió por ambos extremos con Lasure y Benito realizando buenas incorporaciones. Muy importantes fueron también las caídas a la banda de Borja Iglesias. El 'panda', precisamente, era el que tenía la primera ocasión del choque. Un buen balón a la espalda de la defensa azulgrana no tuvo el remate más acertado. Pero avisaba.
Esa sería la tónica habitual de formar peligro para los locales. Los balones a la espalda de la zaga del Huesca. Jair y Pulido sufrieron en muchos momentos los envíos tanto de la defensa del Zaragoza, como del centro del campo. Pero esas ocasiones no llegaron a encontrar portería. Pombo también la buscó. Engatilló un tremendo disparo desde la frontal del área que se encontró con el poste. Fue la ocasión más clara de los blanquillos en toda la primera parte.
Percutiendo y mimando el balón, la primera media hora de juego fue para el Real Zaragoza gracias a una presión alta y a bloquear las ideas de los de Rubí. Pero pasada esa media hora, los de Natxo bajaron un punto. Fue entonces cuando el Huesca se despertó. Buscó la portería de Cristian con la visión de Melero y la velocidad del 'Cucho'.
El capitán azulgrana fue el que tuvo la ocasión más clara de toda la primera parte. Un balón muerto, en el área pequeña, no tuvo un buen golpeo por parte de Melero. A más de un zaragocista le dio un infarto en la grada, pero el 0-0 no cambió. Definió muy mal Melero e incluso podía ser peor, porque tenía opciones de pase de la muerte en las que, casi seguro, habría llegado el gol.
Cerca del descanso, también hubo tiempo para la polémica. Una mano de Jair no fue pitada por Eiriz Mata. Si bien es cierto que el central oscense hizo ademán de quitar la mano, el impacto del balón fue claro para todos... menos para el colegiado.
Territorio blanquillo
Tras lo visto en la primera mitad, la segunda se esperaba bonita y emocionante, pero contra todo pronóstico empezó algo apagada. El Huesca era el que llevaba el dominio y el que hizo correr detrás del balón al Real Zaragoza. Era solo el principio, porque las tornas cambiaron en seguida y el equipo blanquillo volvía a marcar territorio en casa.
De nuevo se adueñaba del balón y comenzó a desquiciar a un Huesca que se fue apagando por minutos. Fruto de esos plomos fundidos llegó el primero del Real Zaragoza. Una falta de comunicación de González le hizo tocar un balón de cabeza que terminó en los pies de Borja que, con espacio, corrió, encontró a Papu que, tras un remate fallido que despejó Remiro, le dio el turno a Javi Ros que, en dos intentos, terminó haciendo el 1-0 y desatando la locura en La Romareda.
Un Papu, por cierto, que agitó al Real Zaragoza. Desde que saltó al campo, el equipo blanquillo generó peligro por el costado derecho y trajo de cabeza a la zaga azulgrana. Tras el gol, además, el equipo de Natxo supo dormir el partido. A eso ayudó que el Huesca no se recuperó de ese gol en contra y que, si bien tenía el balón en el centro del campo, en los metros finales se le apagó la luz.
Con el partido algo roto, el Real Zaragoza tuvo ocasiones de sobra para liquidar el derbi e incluso para golear a los de Rubi. La más clara fue de Borja Iglesias que en un balón largo, corrió hacia Remiro los últimos 30 metros. Sin embargo, el 'panda' estuvo demasiado lento a la hora de finalizar y Pulido barrió por detrás para evitar el 2-0.
Guti también tuvo otra ocasión clarísima para sentenciar el duelo. Fue precisamente a pase de Borja Iglesiar, pero ese remate se fue elevado también. Se podría decir que el Zaragoza marcó territorio en esa segunda mitad pero que dejó vivo, aunque sin puntos, al Huesca. Victoria importantísima contra un rival directo y 8 partidos para seguir creyendo. Tomen asiento...