El Real Zaragoza, un completo incompleto
Durante las últimas semanas el Real Zaragoza está viviendo una auténtica plaga de lesiones. Jugadores importantes para Víctor Fernández cuya ausencia supone un problema extra para el técnico, añadido a aquellos que pese a poder contar para el entrenador, arrastran molestias físicas que lastran su rendimiento.
Una tónica heredada por la plantilla prácticamente desde la temporada pasada. Ya en pretemporada, con Imanol Idiakez al frente del equipo, dos hombres importantes como Raúl Guti e Íñigo Eguras estuvieron en el dique seco a consecuencia de sendas pubalgias producidas en el tramo final del curso anterior. Un periodo en el que se sumaron a la lista de bajas hombres como Zapater, Papu y Lasure, todos ellos con roturas musculares. Incluso Jeison Medina, con una contractura.
Contratiempos que anunciaban una temporada complicada en el capítulo de lesiones. Y es que la práctica totalidad de los jugadores que en un momento u otro han sido importantes para los tres entrenadores del equipo han tenido que parar a lo largo de la campaña.
Lo hizo Cristian Álvarez en el descanso del partido de Riazor por un problema en el glúteo; Alberto Benito en varias ocasiones por diversas dolencias; Lasure está de baja en estos momentos; Grippo se perderá el resto de la temporada; Álex Muñoz entrena al margen tras una fractura en la mandíbula; Toquero difícilmente podrá debutar esta temporada; Papu está viviendo un auténtico calvario con su tobillo y en la lista de lesiones musculares se incluyen nombres como los de Igbekeme, Javi Ros, Marc Gual o Álvaro Vázquez.
Una lista de bajas que ha impedido al Real Zaragoza mantener la plantilla completa a lo largo de las 24 jornadas que se han disputado has ta la fecha y que seguirá siendo así durante, al menos, dos semanas más. Sin contar con las lesiones de Toquero y Grippo, cuya participación está plenamente descartada, ya hubo que esperar hasta la jornada 3 para poder ver a Zapater, hasta la 7 para ver a Eguaras, hasta la 16 para disfrutar de Guti o se sufrió la ausencia de Papu entre la 7 y la 19.
Contratiempos con los que Víctor Fernández ha aprendido a convivir, pero que poco ayudan a un equipo que todavía está a tiempo de luchar por algo más que por evitar el descenso.