El día que Marc Gual fue Marc Gual
Si hay un jugador de la plantilla del Real Zaragoza cuyo nivel se encuentra por debajo de lo esperado ese es Marc Gual. El delantero catalán apenas ha sido capaz de anotar dos tantos con la elástica blanquilla y durante las últimas semanas se ha visto relegado a una posición en el banquillo e incluso a la grada.
Desde muy jovencito Marc Gual formó parte de las grandes esperanzas del fútbol español. Criado en la prolífica cantera del Espanyol, tuvo ocasión de vestir la camiseta de la selección en categorías inferiores y su llegada al filial del Sevilla mostró un futbolista con olfato goleador también en el fútbol profesional, en el que debutó anotando 13 goles en 24 partidos. Sin embargo, una segunda campaña en la que perdió protagonismo y su llegada a Zaragoza han devaluado la figura de un delantero prometedor.
Con el Real Zaragoza, Gual ha sido todo voluntad. Un jugador que no ha escatimado esfuerzo y que ha tratado siempre de dar el máximo, pero al que se le ha resistido aquello que se le demanda preferentemente a un delantero, el gol. Apenas dos ha logrado anotar con el equipo aragonés, ambos saliendo desde el banquillo y para tratar de remontar partidos muy desfavorables, como los de Albacete y ante el Mallorca, en los que se perdía por una renta de dos goles.
Precisamente el segundo, en La Romareda ante el equipo balear, quizá fue el que mejor mostró las virtudes de Marc Gual. En poco más de 25 minutos, el futbolista catalán fue capaz de liderar la remontada blanquilla, con un gol de disparo seco en su primera acción sobre el césped y una volea que rechazó el portero y sirvió para que Pombo pusiera el definitivo empate a dos en el marcador.
Aquel día ha sido en el que mejor se ha podido reconocer al futbolista que tantas mirado atrajo durante su formación, frente al Mallorca en la primera vuelta fue el momento en el que Marc Gual pudo volver a ser el Marc Gual que todos esperaban.